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El Yoga, una gran ayuda para controlar la presión arterial

La hipertensión arterial es uno de los grandes flagelos de nuestro tiempo. Por esta razón, la medicina tradicional está probando nuevas alternativas para combatirla, incluyendo milenarias técnicas orientales como el yoga.

En estos tiempos donde la
velocidad y la tecnología parecen dominar el escenario de la vida, mucha gente
parece haber perdido la capacidad para reconocer ciertos indicios que intentan
transmitirles sus cuerpos.

 En efecto, muchos de
nosotros estamos demasiado ocupados con nuestro agitado ritmo de vida, y es más
que probable que sólo tomemos nota de que algo está fallando en nuestra salud
física sólo cuando notamos la presencia de un síntoma grave, y no previamente,
cuando el cuerpo nos muestra sus primeras señales y la condición física adversa
no es aún tan aguda.

 Sin embargo incluso
cuando se manifiesta la presencia de algunos síntomas graves, muchas personas
intentan suprimir cuanto antes estos signos, sin interesarse por averiguar las
profundas causas de sus dolencias, -e intentar removerlas totalmente de su
cuerpo-, con el único objetivo de regresar a su vida habitual, la misma que le
provocó las dolencias actualmente experimentadas.

 Los negocios, los
compromisos sociales, todas son buenas excusas para buscar la solución más
rápida que se tenga a mano, sin importar si la misma es temporal, y si no logra
atacar la raíz de la dolencia.

 En este sentido, no es
raro que muchas personas (¡muchos profesionales!) conciban sólo al órgano o
miembro específico afectado como el causante de sus problemas, desestimando el
cuadro amplio, estos es, la salud global.



 
De que se habla cuando se habla de salud global

 Cuando hablamos de salud
global, estamos haciendo referencia a un estado que incluye el nivel emocional,
el cual, -para una cantidad cada vez mayor de profesionales de la salud-, se
traduce directamente en las conocidas enfermedades físicas que afectan a nuestro
organismo.

 Atrás quedaron los viejos
conceptos de la medicina que concebían al hombre como una especie de maquina
formada de engranajes y ruedas dentadas. Hoy en día, se sabe que atendiendo la
salud emocional, también se está atendiendo la física, previniendo de este modo
el sufrimiento y la depresión, y la gestación de nuevas enfermedades.


 
Por lo tanto, es
fundamental que entendamos que es necesario entender porqué se ha perdido el
equilibrio mental, antes de que sea demasiado tarde y se desarrolle una
enfermedad psicológica grave, que afecte también al resto de nuestro organismo.

 Desgraciadamente, el
mundo actual ha anestesiado en gran medida nuestra sensibilidad, por lo que en
más de una oportunidad tomamos nota del desorden interno en el que transcurrimos
nuestras vidas, sólo cuando alguna de las funciones de nuestro organismo dice
¡basta! y se afecta gravemente. Esto es la consecuencia, como habíamos afirmado
antes, de una falla en detectar las raíces de nuestros problemas.

 Actualmente, la comunidad
científica médica moderna, está cada vez más convencida de que, en la salud de
la gente, la mente influye de una manera clave, determinando como reaccionará
nuestro organismo frente a diferentes tipos de herencia, ambientes, dietas,
actividades, el descanso, la relajación, etc.

 Son muchas las
investigaciones que han demostrado que la mente juega un papel esencial para el
buen funcionamiento de la salud total, por lo que no es de extrañar que una gran
cantidad de médicos, busquen incorporar técnicas y terapias que tengan en cuenta
el aspecto mental de los seres humanos.
 


El caso de la hipertensión arterial

 La hipertensión arterial es una de las dolencias que más
relación tienen con el estado mental y anímico de un paciente, es por ello que,
en más de una oportunidad, este cuadro tiene un origen psicosomático.

 Cuando la presión
sanguínea se encuentra constantemente elevada, se puede afirmar que se está
sufriendo un cuadro de hipertensión. La presión sanguínea sistólica se eleva
debido a varias razones, como los ejercicios físicos, y las duras actividades,
pero también por fuertes emociones, como el enojo, el temor, y la ansiedad. La
presión sanguínea diastólica es muy significativa en relación al estado del
corazón, y refleja el nivel de presión basal en la red arterial.

 En este sentido, los
altibajos emocionales, y las actividades físicas y mentales, pueden alterar el
nivel de PS. Sucede que, a medida que cambia la actividad física y mental,
también se modifican los requerimientos de sangre de diferentes partes del
cuerpo. Y para cumplir con estas necesidades extras, el corazón tiene que
bombear sangre con una mayor presión.

 Por esto mismo, se puede
afirmar que la presión sanguínea depende de la actividad de cada persona, que
incluso puede variar, en esta misma persona, durante diferentes partes del día.
Tan es así, que esta PS cambia no sólo cuando una persona camina o corre, sino
también cuando se sienta, o se para. 

Pero como señalamos, la
hipertensión también depende de la constitución mental de una determinada
persona, por lo que dos diferentes personas, podrían responder diferentemente a
situaciones semejantes.

 Existen dos tipos de
hipertensión. La primera de ellas se denomina Primaria o Esencial, mientras que
la segunda, Secundaria.


 Hipertensión primaria

En este caso, los
pacientes no experimentan ningún síntoma específico, incluso aunque tengan una
presión sanguínea alta. Las causas de este tipo específico de hipertensión
permanecen aún día desconocidas para la ciencia médica. Pero lo que sí se sabe,
sin embargo, es que si no se la detecta y controla en una etapa temprana,  puede
causar ataques cardíacos y daños renales, reduciendo así las expectativas de
vida por años, e incluso décadas. Normalmente, las causas que se atribuyen a la
hipertensión primaria, tiene que ver con:

 a. El estrés y el
esfuerzo

b. Los problemas
emocionales

c. Los factores genéticos

d. El mundo laboral

e. La obesidad

f. La ubicación
geográfica y la condición climática del lugar en donde se permanece

g. El tipo de
personalidad, especialmente las ambiciosas, sobrecargadas, preocupadas e
hiperactivas

h. Malas formas de vida,
como por ejemplo la falta de ejercicio, el uso o abuso de estimulantes, o una
dieta inapropiada.


 Hipertensión Secundaria



 
Esta es un tipo de
hipertensión que ocurre como consecuencia colateral de alguna causa física, como
por ejemplo:

 a. Infecciones o daños en
el riñón

b. Mal funcionamiento de
las glándulas endocrinas 

c. Aortas estrechas o
arterias muy amplias

d. Endurecimiento de las
arterias, o formación de compuestos espesos en las paredes interiores de las
mismas, condición denominada arteriosclerosis.

e. Pérdida de elasticidad
en las arterias o venas, coágulos de sangre, o acumulación de grasa, lo cual da
como resultado el cierre de muchas arterias, causando así daños a los órganos a
las que estas arterias le suministran sangre.

f. Embarazo

g. Bloqueos en los vasos
sanguíneos, formados al momento del nacimiento. Para poder atravesar estos
vasos, la presión tiene que aumentar. Estos bloqueos de los vasos, también se
pueden desarrollar en etapas posteriores de la vida, fundamentalmente a causa de
la misma PS.

h. Mal funcionamiento de
la glándula hipófisis

i. Exceso o falta de
trabajo de la glándula tiroides

j. Obstrucciones en los
vasos del riñón

k. Un exceso de secreción
de hormonas de glándula suprarrenal

 Generalmente hipertensión
es asintomática, lo que en otras palabras significa que es una enfermedad que no
posee síntoma fácilmente advertibles. En efecto, la hipertensión suele pasar
generalmente desapercibida, por lo que más de una vez sólo puede ser detectada
cuando es demasiado tarde, y la misma ya se ha hecho crónica. Por eso mismo, a
la hipertensión también se la denomina el “asesino silencioso” o “la enfermedad
disfrazada”.

 Una vez que la
hipertensión se haya hecho crónica, muy posiblemente surgirán síntomas tales
como fuertes dolores de cabeza, presencia de sonidos extraños en los oídos,
constante sensación de fatiga, visión nebulosa, o fallas en el funcionamiento
del riñón

 Una presión elevada de la
sangre, que se torne incontrolable y continúe por largos períodos de tiempo,
puede resultar sin lugar a dudas muy perjudicial, y, en  última instancia,
podría provocar amplios daños, especialmente en el cerebro y el corazón. Veamos
cuales serían las consecuencias de no atender los síntomas que nos indican la
presencia de hipertensión, durante un largo plazo:

  • Ataques de Corazón

  • Fallas cardíacas

  • Diferentes tipos de parálisis

  • Daños en la visión

  • Mal funcionamiento del riñón



 
La invalorable ayuda del yoga


 
El yoga tiene mucho para
contribuir en este aspecto. Su práctica, es una manera efectiva de tratar a la
mente, lo cual sin dudas repercutirá favorablemente en las enfermedades que se
sufran, especialmente en aquellas psicosomáticas, como lo pueden ser algunos
cuadros de hipertensión. Esta es la razón por la qué cientos de miles de
profesionales de la salud alrededor del mundo, que incluyen a los médicos
tradicionales, acuden actualmente al Yoga con muy amplias expectativas.

 El yoga es un antiguo
sistema de desarrollo del ser, que ofrece un enfoque holístico donde se combinan
las técnicas físicas y las ideas. Gracias al yoga, podemos darnos cuenta que una
determinada afección, propia de alguna parte específica de nuestro cuerpo, no es
en realidad una enfermedad limitada SÓLO a esa parte del organismo, sino que, de
hecho, es una manifestación de alguna discordia en el complejo sistema de la
mente y el cuerpo, es decir en la personalidad entera.

 La puesta en práctica de
esta ciencia, permite armonizar tanto el cuerpo como la mente (y la relación
entre los mismos), siendo de esta manera inmensamente útil para promover una
mejor salud global.  

Además, funciona también
muy efectivamente como una terapia tanto preventiva, como curativa y de
rehabilitación, por lo que, la misma, ha probado ser excelente para tratar
varios tipo de desórdenes psicológicos, entre los que se cuentan la
hipertensión.  

Muchos investigadores,
afirman que está comprobado que, mediante la misma práctica del yoga, se puede
tener una gran eficacia tanto para prevenir como para tratar desórdenes y
enfermedades psicosomáticas, lo cual ha hecho que muchos pacientes y
profesionales, se vuelquen al yoga como una terapia complementaria pero
fundamental para lograr una más rápida y efectiva recuperación.

Por ello mismo, se puede
afirmar que, actualmente, el Yoga ya no puede seguir conceptualizándose tan sólo
como una terapia alternativa, y de hecho, la Organización Mundial de la Salud
(OMS), junto con prestigiosos y renombrados profesionales de la ciencia médica,
han reconocido el importante papel que cumple  el yoga como terapia tanto
suplementaria como complementaria.

 Lo más interesante de la
terapia del Yoga, es que la misma trata a los pacientes como un Todo, antes que
concentrándose sólo en determinados síntomas de enfermedades o desórdenes
orgánicas, disociados del resto del organismo. Esta terapia intenta ir mucho más
allá de las causas y síntomas aparentes, tratando de encontrar la raíz de las
enfermedades o desordenes que se padezcan.

 Según afirman diferentes
estudios de salud, la mortalidad causada por enfermedades del corazón, ha bajado
entre los occidentales en casi un 50 por ciento, durante los últimos 25 años.
Mucho de esto tiene que ver con que cada vez más occidentales  están entendiendo
la importancia del ejercicio físico regular, y de una dieta alimenticia sana,
con bajas grasas, y muchas frutas y verduras.

 Por eso, hoy en día muy
pocos dudan que la hipertensión puede llegar a retroceder mediante la puesta en
práctica de un apropiado estilo de vida, sí, pero también mediante la práctica
misma del Yoga o la meditación.

 Cuando se habla de un
apropiado estilo de vida, se está haciendo referencia a incorporar mejores
hábitos alimenticios, de ejercicio físico, y a comenzar la práctica del Yoga. De
esta forma, es posible afirmar que, muy seguramente, y gracias a esta milenaria
terapia, se podrá prevenir, o comenzar a curar, -en el caso de que sea demasiado
tarde-, la condición de enfermo hipertenso. El yoga es también muy útil para la
aceleración en la rehabilitación de los pacientes.


 Incorporando un apropiado estilo de vida, en los términos del yoga

 En primer lugar, es
necesario que se realice un Ushapan diario, lo cual consiste en beber dos
o tres vasos de agua durante la mañana. Esto ayudará a una eliminación más
efectiva de los residuos orgánicos.  

Luego, es importante
mantener un Satvik, es decir una nutrición sana, lo cual significa una
dieta libre de excesos de aceite y grasas saturadas, es decir un menor consumo
de alimentos salados.

 Asimismo, será
fundamental que se sigan los principios del Yama, lo cual tiene relación
con la supresión de la violencia, los robos, los pensamientos negativos, y la
excesiva ambición material, y del Niyama, que se asocia con la pureza, la
alegría, la reflexión, el estudio interior, la autorendición al Supremo. Es
importante seguir ambos principios tanto como sea posible.

 Otro componente clave
para la práctica de un correcto estilo de vida, es la realización de una rutina
regular de ejercicios, que ayude a mantener un buen estado de salud, no sólo
físico, sino también mental.  

Además, es muy importante
lograr un fuerte autodominio mental, mediante constantes prácticas que nos
posibiliten ampliar nuestro manejo de los pensamientos. Estas técnicas reciben
el nombre de Sakshibhavana, Bhavana Vimochana. etc.

 Cuando se logra un
dominio de la mente, también se puede lograr cierto dominio del espacio en el
que nos encontramos. Por ejemplo, frente a una situación de abatimiento o
aburrimiento, se podría lograr una rápida interrupción mental, que  represente
el lugar favorito de su mente. Este lugar, debería ser un espacio que le traiga
sensaciones de tranquilidad, como las montañas, el océano o un sereno sitio que
haya visitado, y donde haya podido captar toda el aura del ambiente. Trate de
volver a sentir todos los mismos aromas, imágenes, y ruidos que en su momento
experimentó.

 Claro que los ambientes
buenos no sólo podrán ser logrados mediante su imaginación. Un Satsang o
atmósfera cálida, puede ser hallada mediante la buena compañía, o la lectura de
buenos libros, especialmente aquellos con temática Swadhyaya (religiosos
y espirituales).

 Por supuesto, nunca se
deberán suprimir las emociones, especialmente aquellas que tenga relación con la
alegría. Nada hay de malo con reírse a carcajadas, o simplemente sonreír,
durante el transcurso de la vida diaria, tan a menudo como sea posible. De la
misma forma, si siente deseos de llorar o expresar un enojo, frente a
situaciones intolerables, bajo ningún punto de vista deberá suprimirlos.  

Si algo le está
preocupando, será fundamental que trate de sacarlo para afuera, y jamás
mantenerlo dentro de usted mismo.

 Otro aspecto central para
mejorar nuestra calidad de vida, según las enseñanzas del yoga, será lograr una
correcta moderación en toda nuestra vida global. Sin embargo, el consumo de
alcohol y tabaco deberán ser eliminados total y absolutamente.  

Por cierto, la diversión
será algo que jamás se deberá dejar pasar por alto. Para esto, deberá volver a
sumergirse en los olvidados hobbies, intereses y pasatiempos, en todos los
momentos en los que sea posible.

 En este último aspecto,
es importantísimo que sepa que para los deportes u otros tipo de actividades
competitivas, la ansias de ser un número “uno” sólo producirá trastornos y
problemas físicos y mentales, y por lo tanto una merma en el rendimiento.
Recuerde, nadie puede ser perfecto en todo. 

Con todo, si no puede
dejar de estar preocupado en todo momento por su situación personal, no sería
mala idea comenzar a preocuparse por las dificultades y traspiés de los demás,
logrando de esta manera hacer algo útil para ellos, lo cual le provocaría una
gran dosis de satisfacción y mucha felicidad.  

Finalmente, esté muy
atento de adoptar un enfoque positivo y optimista de la vida, adaptándose a los
diferentes ambientes y personas, mediante la constante búsqueda de su faceta
positiva, e intentando que su ego, que por cierto debe estar presente, no
obstaculice su alegría.

 El Yoga debe ser siempre
tenido en cuenta, para aportarnos todos los beneficios comprobados durante los
miles de años en que esta terapia se utilizó en el lejano oriente. La correcta
práctica de la meditación y el Yoga, mediante las asanas (posturas) acordes a su
capacidad, podrán convertirse en un elemento invalorable para la prevención,
recuperación, o rehabilitación, de una hipertensión.

 Tenga en cuenta, sin
embargo, que es fundamental consultar con su médico de cabecera al respecto. Por
mayores beneficios que ofrezca, el Yoga JAMÁS debería ser utilizado como único
tratamiento para la hipertensión, sin una correcta supervisión médica.