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El matrimonio, ¿es más saludable para el hombre que para la mujer?

A pesar de lo que la mayoría de la gente piensa, varios estudios demostraron que el matrimonio termina siendo más saludable física y mentalmente para los hombres que para las mujeres…


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Según los expertos la
diferencia se puede atribuir a la forma en que ambos procesan el matrimonio y
sus propias emociones.

 

Los especialistas dicen que en
las situaciones de conflicto marital, el hombre experimenta una emoción mayor,
se siente mal y se deprime. Algunos expertos llaman a este estado “la cueva”.
“La cueva” es la descripción de cómo un marido puede sentirse bajo presión,
teniendo un problema para el cual no puede encontrar una solución.

 

Mientras que los maridos
necesitan entrar en esa “cueva”, las esposas necesitan hablar de sus sensaciones
y sentimientos para alcanzar una resolución.

 

Las mujeres procuran mantener una
discusión de los problemas, en cambio los hombres suelen retirarse a su “cueva”,
dejando a las mujeres más frustradas y tensionadas aún. En matrimonios difíciles
esta tensión aumentada produce respuestas fisiológicas en las mujeres que pueden
conducir a un empeoramiento de su salud.

 

Otra teoría para diferenciar la
salud mental y física entre hombres y mujeres casadas, es la manera en que cada
uno procesa las emociones del otro.

 

Tanto los hombres como las
mujeres se sienten bien sabiendo lo que el otro siente, pero sin embargo existe
un aspecto que demuestra una interesante diferencia de género.

 

Cuando las mujeres entienden
las emociones de sus maridos “adquieren” los cambios corporales que ellos están
demostrando.

 

Mientras tanto, los maridos –
que también entienden los sentimientos de sus esposas – no demuestran esa clase
de activación fisiológica. Esto no es sorprendente puesto que las mujeres son
más receptivas y dan más respuestas. Es natural que adquieran e incorporen todo
lo que se produce a su alrededor.

 

Los maridos, por otra parte,
poseen la capacidad de dividir los problemas en diferentes compartimentos de la
mente y se separan más fácilmente de las situaciones agotadoras o estresantes.

 

Mientras que los estudios y las
teorías parecen indicar que el matrimonio es mejor para los hombres que para las
mujeres, también aceptando estas diferencias entre esposos y esposas se puede
llegar a sobreponerse a esas diferencias.

 

Las esposas necesitan reconocer
que sus compañeros necesitan tiempo y espacio para resolver un conflicto.
Aceptando que el retirarse hacia su “cueva” es normal, pueden aliviar las
tensiones asociadas a este comportamiento.

 

Los maridos a su vez pueden
aceptar que la sensibilidad y la receptividad que ellos valoran en sus esposas
pueden hacerlos soportar sus emociones y tensiones, para así poder separarse de
las fluctuaciones emocionales de sus parejas.

 

La investigación científica
continúa apoyando la teoría de que hay diferencias necesarias y fundamentales
entre los hombres y las mujeres.

 

Es importante entender y
aceptar estas diferencias de manera tal que los hombres y las mujeres puedan
tener relaciones sanas y satisfactorias.

 

El reconocimiento de las
diferencias en pensamientos y expresiones emocionales –que no implican un juicio
de valor o de derechos, ni que uno sea mejor que el otro-, y la comunicación
entre ambos, puede ser el primer paso hacia la felicidad en el matrimonio.



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