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El delicado arte de manejarse en la oficina

Moverse dentro del ámbito laboral es una difícil tarea, que requiere de una habilidad política y práctica para saber como congeniar intereses propios y ajenos. Para esto, nada mejor que estudiar los siguientes puntos…

Por un lado, observa impotente como los
colegas de trabajo que se encuentran alrededor suyo son recompensados por
conductas que en absoluto tienen relación con el buen trabajo. Por el otro,
usted mismo trabaja muy duro y sin embargo no recibe estas mismas recompensas
para su persona.
¿Qué
se puede hacer frente esta injusta situación?

Cualquiera de nosotros sabe que, en casi
cualquier trabajo, la dinámica que se desarrolla entre los que forman parte del
ambiente laboral juega un papel decisivo en el avance del negocio. Según
afirman los expertos en recursos humanos, las políticas de los ámbitos
laborales es un problema creciente entre los empleados, y de hecho se calcula
que casi el veinte por ciento del tiempo de los gerentes, es decir más de nueve
semanas al año, es gastado en resolver los conflictos que se generan entre los
empleados.

Sucede que, más allá de cuales sean las
causas que originan los problemas entre las personas que trabajan conjuntamente,
los resultados finales pueden ser verdaderamente devastadores.

Asimismo, los empleados y directivos que
deben estar concentrados en los aspectos organizativos de las personas
involucradas en el trabajo, seguramente tendrán mucho menos tiempo para prestar
a sus trabajos concretos, y todo esto se traducirá en pérdidas financieras
que, por supuesto, también podrían devenir en la pérdida misma de los
trabajos.

Una
política para el ambiente laboral


El “ambiente laboral” de las
oficinas, es algo que la mayoría de la gente reconoce cuando se encuentra en
acción dentro de sus trabajos, pero que a menudo suelen encontrar difícil de
definir con palabras.

Algunos dirán que se trata de un “gana
el mejor”, o de un “premios y castigos”, mientras que otros dirán que se
trata de un “sálvese quien puede”, de un “tirar la basura debajo de
alfombra”, o de un “se premia a los que hacen como
que trabajan”.

Todas estas definiciones sin dudas no
alcanzarán a dar cuenta del ambiente de trabajo, pero podrán dar cuenta de
algunos aspectos que solo podrían ser apuntalados o cambados mediante una
correcta política. Y es que sin importar si los puntos son positivos o
negativos, siempre podrá ser útil saberlos para saber mejor como desarrollar
estrategias tendientes a enfrentar las dificultades y superar los contratiempos
de la escena laboral.

En muchas oportunidades, las vayas son
realmente muy altas, y existe un sistema en el cual, si se las logra saltar,
posiblemente mantendrá su trabajo o incluso será promovido, pero si no, se
podrá chocarse contra el duro pavimento y tener que salir a buscar un trabajo
nuevo.

Comenzando
a intervenir


Para poder intervenir en estos ambientes
mediante políticas efectivas, deberá comprender un aspecto central: en
cualquier juego (y la vida en la oficina en algún aspecto lo es) es esencial
para triunfar que se conozcan bien las reglas. Y el “ambiente laboral” de
una oficina, puede ser uno de los juegos más competitivos que existen.

Por cierto, son muchos los trabajadores
que aceptan que el ambiente laboral es un juego que hay que jugar, pero desean,
dentro de todo lo posible, evitar este mismo juego.

Pero de nada servirá una actitud
evasiva, pues así sólo se acumularán problemas que algún día estallarán.
Por eso, casi todos los expertos señalan que uno de los puntos principales que
le enseñan a la gente, es el hecho de que deben involucrarse en el juego,
aunque, por supuesto, sabiendo muy bien como jugarlo.

Esto puede ser hecho muy ética y
profesionalmente, e incluso llegar, con el tiempo,  a desarrollarse de una manera muy natural. Por cierto, eso no
significa que todos lo hagan de la misma forma, y de hecho abunda la gente que
juega un juego sucio, pero según afirman los especialistas, la mayoría de las
personas que integran cualquier ámbito laboral, desprecian a la persona que
juega sucio, quien tarde o temprano debe abandonar su puesto.

Pero incluso a pesar de todo esto, se
sabe que la mayoría de la gente prefiere no enfrentarse, intentando “pasar
por alto los problemas”, lo cual es sin lugar a dudas un gran error, pues la
política y la organización forman parte de la naturaleza humana, y nunca deben
ser tratadas de evitar.

En
busca de una política efectiva


Si se quiere que algo suceda, esto no
puede ser hecho sino por medio de la política, y no pasando por alto ni a pesar
de esta. En otras palabras, establecer una política laboral no es intrínsecamente
ni bueno ni malo. Es apenas una realidad de la naturaleza de las organizaciones
humanas.

De hecho, todo, empezando por la religión
o la ciencia y terminando por el arte, los medios de comunicación o la
publicidad, podría ser utilizado para propósitos buenos o malos. Y la política
no es la excepción.

Nadie niega que exista actualmente un
gran descrédito hacia la política, en varios ordenes de la misma. De hecho,
mucho de lo señalado anteriormente, es decir jugar el juego, puede verse
exactamente como aquello que tanto desprecio causa en los políticos (y los
negocios). Pero nada puede repararse si no se juega el juego.

Por otra parte… ¿Quién se cree que
es, una persona, para no aceptar jugar el juego? Los participantes son muchos,
nadie tiene la verdad de las cosas, y es necesario aceptar y poner en práctica
ciertas reglas. 

La política es parte de una dinámica
social que es parte de los seres humanos civilizados, así como el comer o
dormir. No es lógico que la gente sea instada a trabajar las 24 horas del día,
sin interrupciones para comer, dormir o ir al baño. Tal lo vez lo tendría si
se es una máquina, pero el ser humano no lo es. De la misma forma, la política
en la oficina forma parte del ser humano, reflejando simplemente la realidad de
la naturaleza humana.

Por ejemplo, la gente generalmente es
favorablemente influenciada por aquellos que saben y dan confianza, incluso
cuando busquen y traten de ser imparciales. En este sentido, cualquier
trabajador suele tener siempre dos trabajos en el ámbito laboral: el trabajo
regular por un lado, y el trabajo de saber venderse a sí mismo, así como a sus
ideas.

Todo lo que aporte en la organización de
su empresa, será casi tan importante como su propio trabajo. Por ejemplo, si la
gente indicada no conoce el buen trabajo que esta haciendo, o tiene reticencias
hacia su persona, sería bueno que se esfuerce, mediante más trabajo o mejor
comunicación, para lograr un cambio en todo esto. Por supuesto, sería ideal
que todos hicieran y evaluaran los trabajos como corresponde, pero no siempre es
así.

Así, llegaremos al punto en cuestión ¡Ser
natural! Si se sabe que se es una persona honesta y buena trabajadora, es
importante que comunique estas capacidades, para lo cual no habrá nada mejor
que desarrollar su propio estilo, tratando de que los demás se sientan
confortables con el mismo, y sea así seguido.

Comprendiendo
y poniendo en práctica la participación


Son muchas las personas que afirman que
les gustaría involucrarse más en la política u organización de su ámbito
laboral, pero simplemente no saben como hacerlo. Sin embargo, la principal razón
por la que la gente no es buena en esto, es simplemente por que prefiere no
involucrarse. De esta forma, la experiencia siempre está ausente, y no hay modo
de cambiar los rumbos.

Pero usted ha leído todo esto, y
posiblemente comienza a darse cuenta de que no es necesario ser un líder
tremendamente carismático para poder jugar el juego, sino que alcanza con
manejarse de manera profesional y ética.

El resto, como decíamos anteriormente,
es simplemente conocer las reglas, estudiar, y comenzar a ponerlas en práctica.
Por supuesto, habrá gente que será naturalmente más experta o hábil para la
política, pero en cualquier caso, nadie debería quedarse afuera si realiza
algo de esfuerzo y se esmera para superarse a sí mismo y a aquellos colegas
que, cree, no están actuando correctamente.

Por eso, para cuándo uno se enfrente a
un “ambiente laboral”, cualquiera sea este, tener un conjunto de reglas
pre-definidas no sería una mala idea, y estudiarlas atentamente sería aún más
útil.

Conociendo
y estudiando las reglas


A continuación, le acercamos veinte
sugerencias imprescindibles para poder intervenir en el ambiente laboral e
imponer la política que más acorde crea para el mismo. Algunos están
referidos a su persona propia, mientras que otros tienen relación con los demás,
pero en cualquiera de los casos, ayudarán a que usted sea más respetado y por
lo tanto escuchado.

1. Mantenga siempre una conducta
profesional.

2. Juega el juego que hay que jugar, no
uno que sólo usted quiere o piense que debería ser jugado.

3. En lo posible, no haga enemigos ni
queme puentes.

4. Trate de no exigir más de la cuenta
ni de quejarse.

5. En lo posible, intente no desacreditar
a sus superiores, por ejemplo tratando de evitar pasar por encima de ellos para
dirigirse a un superior.

6. No haga que otras personas se vean
como malas.

7. No critique sin fundamentos o por
“hobbie” a empleados ni jefes.

8. Las críticas que deba realizar, deben
ser siempre en términos de intereses laborales, y no personales.

9. Ayude a los demás a obtener lo que
quieren.

10. Establezca “sociedades”
mutuamente beneficiosas, en lo posible con gente honesta e importante.

11. Encuentra los puntos que tiene en común
con otros.

12. No hable sobre temas personales
ajenos, sino es llamado a hacerlo.

13. Sea franco y amigable, pero de forma
selectiva y cauta.

14. No asuma que cualquier cuestión
permanecerá totalmente en secreto.

15. Busque soluciones beneficiosas para
todos.

16. Mantenga siempre en mente la
perspectiva de empleador.

17. Cultive una imagen positiva, sencilla
y exacta.

18. Esfuércese por no dejar de hacerse
cargo de las tareas difíciles, incómodas o que provocan temor.

19. Sea agradable. Ría y sonría.

20. Sea tajante y duro cuando esto sea
necesario, pero no agresivo.

Bonus:
No imposte su personalidad. Sea amable pero también natural. Desarrolle su
propio estilo.