Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

El circulo inmóvil

“El circulo inmóvil” hará época. En sus orillas amanece el trueno y la eternidad (de la presentación inédita de Cesar Tiempo).

Querido
Simon Kargieman:

Su
tocayo Simón el Mago, uno de los fundadores de la filosofía gnóstica, quiso
comprarle a San Pedro el poder de hacer milagros. Usted no tiene necesidad de
imitarlo. Su poesía obra milagros, participa del sueno y de la taumaturgia, del
Apocalipsis y del deslumbramiento.

Cesar
Tiempo, 2 de diciembre de 1969

El
círculo inmóvil

Caos: Danzan
herraduras de arena en el vértice gris de la sombra iluminada. Los huesos del agua duermen sobre la piel de un río
asombrado su destino de orilla creciente hacia el olvido.

Un
abismo, brusco nacimiento del vértigo. Turbulentas
entrañas en el horizonte del ruido.

Caravanas
de silencio como un eco infinito crean la forma caliente de la sangre

Un
pájaro se ahoga en el aire.

El
amor, círculo perpetuo que nutre los ojos del sueño. Su sombra, pestaña secreta de los límites del ser.

Arde
un árbol: se abrazará a la tierra hasta su muerte.

Un
trueno, letra inicial de la voz, se derrama en los dedos entreabiertos de
l
diluvio.

Despierta
el párpado azul de la montaña.

En
sus redes, estalla la eternidad. Nace
la palabra de¡

Tiempo: Rumbo
del trazo inmutable. Origen del
volcán. Aluvión.

Sus
racimos crecen en la densidad de la lágrima.

Corceles
inanimados.

Fruto
terrestre surgido de un sueño de la luz.

Un
libro cae sobre la superficie, de las olas.

Un
fósforo, hoguera de las tumbas abiertas, se arrastra en las raíces de la
memoria, ilumina el sonido clavado en los pájaros rotos, cabalga en las márgenes
desiertas de¡ Ojo.

Sus
ramas me ciñen las pestañas. Ah
la sílaba que devora los mares.

Desciende
el crujido de la risa. Sus patas
arrancan la corteza de¡ ruido.

Súbita
lentitud del

Espacio: Sacrilegio
de la ternura del viento.

Barco
de mármol en el rostro de cada poro del átomo.

La
máquina ortodoxa fabrica dioses para la mente lúcida de los lactantes.

Una
lombriz. Sus ojos están llenos de
tierra. Quiere gritar contra las
botas que se avecinan en mis uñas.

Soy
un trueno en la vorágine del miedo.

¿Quién
me oye?

Bártok
baja por las dulces uvas en un oboe amarrado a mis venas.

El
mar. Se hará gárgaras con las
almas en serie.

Ah
la flor extraña que agoniza en mis cabellos.

¿Quién
vendrá?

No.

Tomaremos
una copa de vino.

Lloverán
piedras de

Aire-
Orificio
en las agujas del silencio. Inocente
esqueleto de dios,

Su
espacio, caverna suspendida en las paredes del viento…