Malinterpretar las etiquetas
Compras
un conjunto de diferentes fondos..., ¿esto quiere decir que estás lo
suficientemente diversificado? No necesariamente.
De
seguro, no querrás descubrir que te has sobreexpuesto a un sector particular del
mercado justo después de que éste entre en una turbulencia. Por suerte, evitar
esta trampa o confusión es una cuestión de aprender a leer las etiquetas.
Uno de
los errores típicos en los que incurre la gente es no poder encontrar la
diferencia entre los distintos fondos mutuos. Desde luego, esto se produce por
la falta de conocimiento del vocabulario específico. Es por eso que siempre será
importante expandir y perfeccionar tu vocabulario.
En breve, podemos decir que los activos financieros de renta fija son aquellos
en los que el inversor conoce de antemano el rendimiento que va a obtener. Entre
ellos se encuentra las Letras del Tesoro, los bonos, las obligaciones o los
pagarés. Los rendimientos de estos tipos de activos son los intereses fijados en
el título. Los activos de renta variable son aquellos en los que se desconoce de
antemano el rendimiento que va a obtener. El activo de renta variable por
excelencia son las acciones. Los rendimientos de estos títulos son los
dividendos que abonan a sus titulares.
Comprender las diferentes clases de activos te ayudarán a diagramar una
estrategia adecuada. Ten en cuenta que las distintas clases de activos rinden
mejor en distintas ocasiones. Por ejemplo, los bonos pueden funcionar bien
mientras que el mercado de acciones sufre.
Pasar por alto la investigación
¿Quieres
escuchar un buen consejo? Aquí va: a la hora de hacer inversiones, invierte en
la empresa, no en las acciones. Investiga a la empresa. Busca en Internet, desde
Google, MSN, hasta los reportes de Yahoo Finanzas. Si pretendes invertir $1.000,
al menos deberías gastar $5 para leer el informe de investigación. Accede a la
información de tu broker y busca aprender su mecanismo de elección. Echa un
vistazo al reporte oficial de la empresa.
Un
consejo similar vale para cuando busques fondos de inversión. A veces, el nombre
del fondo puede ser engañoso, de modo que no deberías basarte únicamente en
eso.
A la hora
de investigar fondos, debes buscar:
-
Tipo
de fondo (abiertos, cerrados, etcétera).
-
Por
cuánto tiempo el director ha estado al frente.
-
Razón
de gastos.
-
Inversión mínima requerida.
·
Posiciones, valores en cartera.
-
Información de rendimiento —recuerda, el último rendimiento no te garantiza
futuros beneficios—.
Dónde
buscar
-
Morningstar —un sitio independiente de información e investigación sobre
inversiones— ofrece una gran cantidad de información gratuita sobre fondos
de inversión. No te olvides de echar un vistazo a los ratings.
·
Solicita
el prospecto de la empresa de fondos o de la compañía de correduría. Esta
información suele estar disponible online.
-
Obtén
una copia del reporte anual más reciente (seguramente podrás encontrarlo en
Internet). Con frecuencia, estos reportes constan de una carta del director
del portfolio. Su relato de los últimos seis meses actuará como indicador
del rendimiento del fondo. Un buen manager hace referencia tanto a las
victorias como a las derrotas.
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cometer
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