Se agotó el dólar como moneda de reserva y de cambios internacionales    

En este artículo pretendemos demostrar que el dólar de EE.UU. ha perdido su capacidad de funcionar como moneda de reserva y deberá dejar de funcionar como moneda que sirva para los cambios internacionales...

Se agotó el dólar como moneda de reserva y de cambios internacionales


 

  


Desde que se inventó un instrumento que facilitara los cambios, el mundo pudo progresar. 

Ese facilitador de los cambios debía cumplir las funciones monetarias, medida de valor, instrumento de cambio y servir como depósito de valor. 

De todos los instrumentos utilizados para el cambio, el oro fue el que perduró en el tiempo y su valor actual guarda estricta relación con la apreciación que hacen los operadores económicos, de su cualidad de servir como valor de cambio y depósito de valor. 

Hubo un momento en que casi todas las monedas de papel que circulaban como instrumento de cambio guardaban relación con la cantidad de oro por la que la moneda de papel se podía cambiar. 

Actualmente, el dólar de EE.UU. es no sólo la moneda de ese país sino también la que sirve de base para la realización de los cambios internacionales. 

También agregaremos que la Argentina, como se verá más adelante, no ha sido el país que declaró el mayor “default” de la historia. Ese privilegio le corresponde a EE.UU., país que además está en condiciones de volver a superar su propio record anterior. 

Por “default” se entiende que es no solamente no pagar las deudas, sino también quedarse con lo ajeno. Podría afirmarse que cada vez que hubo devaluación de la moneda  y en cada una de las numerosas oportunidades de la historia económica en que los gobiernos echaron mano a los ahorros y acreencias de la sociedad  local o mundial – a la postre la verdadera dueña del oro–, ésta perdió bajo el argumento de salvar la economía, que no tiene nombre pero somos todos con forma de país o como integrantes del mundo, o sea, con el argumento de salvar al país, que como está quebrado no tiene nada. Y vaya a saber entonces hasta cuándo seguirá sin salvarse, total el Estado nunca quiebra.  

“El presupuesto del Estado debe estar equilibrado. Las deudas públicas han de reducirse. La arrogancia de las autoridades debe ser mermada y controlada. Los pagos a gobiernos extranjeros deben disminuirse para impedir la quiebra del Estado. La gente debe volver a trabajar en vez de vivir de cuenta del gobierno”. Marco Tulio Cicerón. Año 55 a. C.[1] La enseñanza es antigua, lo lamentable es que no ha resultado cumplida por muchos gobiernos. 

Nuestro país de alguna manera ha contribuido con sus inventos y exportaciones al desarrollo del mundo, con relación a ello procuraremos destacar nuestra opinión más adelante. 

Los ejemplos los deben dar los dirigentes de los gobiernos. Deben ser buenos,  para que el pueblo comprenda y los aplique, por eso me parece importante como hecho histórico este ejemplo antiguo: 

He recibido un mail que traduce como cierta una cuestión histórica, que prueba que el dirigente es quien da el ejemplo: 

“Esto es lo que Alejandro Magno dispuso para su funeral… 

1 – Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.

2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas) fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...

3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.  

              Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.

 Alejandro le explicó:

1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar.

 2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.

 3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.  

Agrego: El tiempo es el tesoro más valioso que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Al morir, nada material te llevas, te llevarás las buenas acciones que supiste realizar.

Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida.

El mejor regalo que le puedes dar a alguien... es tu tiempo.” 

Actualmente, los argentinos decimos simplemente: “La mortaja no tiene bolsillos”.  

Luego realizaré una síntesis histórica del quebranto de las reglas  a las que se había sometido EE.UU. en el tratado de Bretón Woods para que el dólar sirviera como moneda para las transacciones internacionales. 

Y culminaré el trabajo demostrando por qué se producirá el nuevo “default” americano y el dólar dejará de ser la moneda de reserva y moneda para los cambios internacionales.  

1.- Los argentinos, sus inventos y sus exportaciones:  

El dulce de leche.

El colectivo,

El bolígrafo

Cerebros (técnicos, profesionales e intelectuales) no reconocidos [2]  

El ajuste por inflación

La inflación de la corrupción.

Jugadores de fútbol juveniles

Estupefacientes 

Todo ello ha sido inventado y exportado, conjuntamente con muchas otras cosas, lo destacable es que las cuatro primeras son cosas útiles y las cuatro segundas han sido perniciosas para nosotros y para el mundo. 

 Desde hace tiempo los argentinos practicamos primero el fraude eleccionario patriótico y después directamente el fraude, con el que  hemos ilustrado a otros países. 

2- “El mayor default de la historia no es el nuestro”

I Antecedentes históricos

 El default argentino de 88.000 millones de dólares no es el más grande de la historia.

El 15 de agosto de 1971 desconoció EE.UU. el tratado de Bretton Woods, que lo obligaba a entregar a los bancos centrales de los países signatarios oro a razón de una onza por cada 35 dólares.

“En Bretton Woods se adoptó el dólar como única divisa para los pagos internacionales con la condición de que EE.UU. rescatara los dólares billete depositados en cualquiera de los bancos centrales de los países signatarios entregando una onza troy por cada 35 dólares billete. En ese momento, EE.UU. era depositario del 75% del oro del mundo. En 1949 contaba con 25 mil millones de dólares en oro a esa paridad y debía solamente 10 mil millones. El respaldo en oro más que duplicaba las deudas. La garantía de convertibilidad automática del dólar en oro era esencial para resguardar los derechos de los restantes países ante el riesgo de un eventual emisionismo, ya que EE.UU. tenía en su poder la máquina de imprimir dólares billete y no se pactaron límites físicos a la cantidad que el gobierno norteamericano podía imprimir. Si cualquier país miembro advertía un riesgo de inflación del dólar tenía una solución práctica e instantánea: canjear sus dólares papel por lingotes de oro a la paridad prefijada.”

“Fue lo que ocurrió: alentado por la facilidad de imprimir billetes que eran recibidos de buen grado en el resto del mundo, EE.UU. se lanzó a una política desenfrenada de inversiones y gastos, muchas veces suntuarios. En el período 1960-1964 tuvo déficit en la balanza comercial por 80 mil millones de dólares; inversiones y compras de empresas por 29 mil millones; turismo y viajes al exterior por 18 mil millones; y gastos de las fuerzas armadas en el exterior por 11 mil millones.” (El subrayado es de Alberto Esteban Iriarte)[3]

El 20 de octubre de 1967, dándose cuenta de  ello,  Jacques Rueff, consejero del general De Gaulle expresó: EE.UU. ha agotado su capacidad de pagar en oro a sus acreedores.

Francia y Gran Bretaña, hacían lo mismo.

El viernes 13 de agosto de 1971, tomó la decisión de incurrir en default desconociendo el tratado de Bretton Woods y además congelar precios y salarios por 90 días.

“El default quedó tipificado en el momento en que EE.UU. anunció al mundo que no entregaría el oro que aún le quedaba en Fort Knox, que no era poco: restaban 8635 toneladas”3

“Al retener en forma ilegal el oro, EE.UU. obligaba a los países que quisieran tener sus reservas en oro -como era su derecho- a comprarlas en el mercado libre, en el que se produjo una suba desenfrenada, debida al default norteamericano, que alcanzó su pico el 21 de enero de 1980 con el precio récord de 850 dólares la onza (The New York Times, 22-1-80). El precio había subido 24 veces: el 2400%. Medido en oro, los países sólo podían recuperar el 4,1% de su crédito con una quita del 95,9%. Bastante más alta que la quita del 75% ofrecida por la Argentina.” 3

“El default estadounidense del 15 de agosto de 1971 consistió en negarse a entregar oro por 51.775 toneladas o 1714 millones de onzas, que correspondían a los 60 mil millones de dólares papel en manos de los bancos centrales. El valor actual del default es de 704 mil millones de dólares a la paridad de 411 dólares la onza del día 12-2-04 (Mercado de Londres)”3.

“Por lo tanto, podemos afirmar que este default fue ocho veces más grande que el argentino y que los argentinos podemos renunciar al incómodo privilegio de ser los defaulters más grandes de la historia.”3 (El subrayado es de Alberto Esteban Iriarte).

3. El nuevo “default” americano

           Samuelson decía en su Manual de Economía Moderna que muchas veces los hombres razonan como si fuera ciencia lo que  “sucede después de”: Algo así como la observación del brujo de la tribu lo llevaba a creer que cuando llegaba el invierno, su baile tribal era el que traía las hojas y flores que llegaban con la primavera. 

            Aquellos mayores que han olvidado la historia reciente frente a nuestro resumen histórico, siguen creyendo, como dicen varios escritores, que el capitalismo ha muerto y por lo tanto tratan de inservible a la ciencia económica.  

            Basta recurrir a la teoría de los costos comparados de David Ricardo para poder saber que la economía en esa teoría había presagiado el acontecimiento, donde se demuestra que cada país debe producir aquello para lo que está suficientemente preparado, logrando así menores costos a través de una mayor productividad. 

            Es conocido que cuando la economía funciona bien, es un logro de los políticos, cuando lo hace mal los políticos dicen que es culpa de los economistas. 

            Cenando con un argentino en Nueva York, presidente de una multinacional que ocupaba a 2.200 personas, él me explicaba que le convenía mucho más abrir fábricas en China y no utilizar mano de obra de EE.UU. porque esta última era más cara. 

            Es sabido que todas las fábricas de EE.UU. han venido practicando esta metodología, por ello es que las importaciones superaban a las exportaciones, lo que siguió ocurriendo después de las citas que realiza el autor de la nota histórica. Esta situación se apoya en argumentaciones propias del periodista Andrés Oppenheimer en charlas y notas, como en su libro Cuentos chinos, donde habla de la nueva economía libre. 

            Pero también vale la pena destacar por qué Oriente obtiene menores costos y mayor productividad.     

            Cosas menos traumáticas también están ocurriendo en la Argentina con extranjeros que ingresan ilegalmente a mi país, de acuerdo a inspecciones laborales que salen frecuentemente como noticias periodísticas. 

            Cuando  un dirigente comunista argentino fue a visitar China no lo dejaron pasar a ver sus fábricas. Se tuvo que contentar con ver sólo las pulcras industrias de exportación. 

            Así también las empresas que certificaban las normas de calidad de China ignoraban o “no veían” lo que realmente ocurría, sabiendo que “certificaban” como bueno  lo que no debían. 

            Un día, al salir de almorzar de un restaurante del “barrio chino” de la Ciudad de Buenos Aires, se me acercó una persona y muy sigilosamente me entregó un papel que explicaba lo que ocurría en China. [4]

Evidentemente, cuando el mundo se olvida del ser humano, la consecuencia inmediata puede ser que, -aun sin darnos cuenta o no queriéndolo ver-, estamos comprando bienes a quienes tratan a sus trabajadores como esclavos y así, con la productividad lograda, venden más baratos sus productos.   

Con lo que la predicción de la economía de mercado, que es la base declamada por la globalización, cumple con las leyes de la economía, pero la parte política, que debería ser la del resguardo de la persona, promete la existencia de un derrame de dinero, cuando en realidad lo que se está derramando es sangre.  

            En una observación reciente en EE.UU. verifiqué que casi todo lo que se vende es de procedencia oriental.           

Esto justifica por sí solo lo que dicen sus números de comercio exterior, a lo que se le debe sumar los juegos de la guerra de su anterior presidente.  Mucha gente cree que las guerras, donde los EE.UU. jugaron siempre de visitantes, le dieron razón a su dominio del mundo y ahora pareciera que se encuentran frente a una decisión del Supremo. 

            No hace falta saber de economía, sino simplemente contar los años que llevan de déficit, y trasladándolo afuera, a los tenedores de su moneda y de sus bonos, para darse cuenta del tiempo que les demandará recuperarse. 

            Esto no es igual a la crisis del 30, donde con una guerra y después de 20 años las acciones alcanzaron el valor que tenían. En aquella época la economía producía y si bien cerraron las importaciones de productos primarios, pudieron salir de la crisis y después vivir la fiesta del ganador haciendo que los perdedores y otros paguen la cuenta. 

            No es del caso estar o no contra el pueblo americano, lo que ocurre es que ellos también están infectados de nuestras exportaciones, y sino fíjense en las dificultades del Dr. Barack Obama para encontrar gente cumplidora de sus obligaciones fiscales. 

            El libro más leído, Padre Rico, Padre Pobre, de Robert Kiyosaki, que trasmite enseñanzas básicas del comercio, describe también cómo se puede eludir o evadir la ley de impuestos en ese país. Del mismo modo, hace muchos años atrás la revista “International Management”,  hoy desaparecida, señalaba en uno de sus artículos que las mayores fortunas en ese país se habían generado con buenos asesores de impuestos que ayudaban a eludir o evadir la ley. Todo lo financiaba la emisión no controlada. 

            EE.UU. no ha cumplido las reglas a las cuales se había comprometido, y continúa emitiendo alegremente, tratando de apagar su incendio,  este podrá mantenerse mientras los demás países consideren al dólar como moneda de cambio y las empresas y particulares, por la teoría-ciencia de “sucede después de”, sigan reteniendo dólares como moneda de reserva. p;

            Para colmo de males, además, lo primero que hicieron, sus dirigentes empresarios, con los fondos del Estado, que reflejan el aporte de los contribuyentes, fue generarse importantes premios y pagos de sus ya altos salarios, lo que generó la replica legislativa de imponer la prohibición de tales prácticas. 

            En el momento en que esa ciencia social que es la economía haga que los particulares empiecen lentamente a darse cuenta, como ya algunos lo perciben, el nuevo default será inevitable, aunque el inteligente y capaz presidente negro, bien inspirado, frente a la multiplicación geométrica de la gente que irá a vender sus bonos y sus monedas,  tenga que decirle al mundo: “No puedo pagar”. Salvo que un fuerte apoyo mundial, le permita salir adelante, cosa muy dudosa al momento presente. 

Como en las empresas, cuanto más demora el empresario, más difícil le resultará salir de la situación. O se asume la realidad hoy con toda su crudeza, o mañana será peor. 

            No pretendo contestar cómo será el nuevo equilibrio mundial. Cuando se rompe un equilibrio, simplemente nace otro. Esto corresponde a la futurología, no pretendo meterme dentro de ella, por la cantidad de variables que entran en juego. He expuesto con fundamento lo que ocurrirá.   

            Mientras tanto, la cuestión de Argentina es distinta, pues nosotros, como decía un amigo que estaba en el PAMI durante la gestión del Dr. Alderete, “estamos bailando en la cubierta del Titanic” y además somos expertos en sobrevivir increíblemente como podemos, claro que a costa de continuas caídas en nuestro nivel económico de vida.


[1] Tomado del archivo de El Tiempo.com de Colombia

[2] (¿Cuántos cerebros somos capaces de reconocer?, ¿cuántos no valoramos y se fueron y se van del país? ¿Cuántos evitamos que se vayan? y ¿cuántos se han quedado?) 

[3]  Guillermo Laura, para LA NACIÓN, Noticias de Opinión: Martes 9 de marzo de 2004 | Publicado en edición impresa El autor es abogado y economista.  

[4]            A quien le interese puede consultar la página de Internet www.falundafa.org, conjuntamente con un papel que formulaba una denuncia que decía cosas terribles que ocurrían en China, como que “los enemigos políticos eran descuartizados y sus piezas vendidas por medio de Internet al mejor postor”. 

 En la parte de la página de Internet referida a la Argentina, en este momento se puede leer, entre otras cosas: “Asimismo, informamos a través de esta página sobre la grave persecución que están sufriendo los practicantes de esta pacífica disciplina en China. Al respecto, podrá encontrar las declaraciones de prensa de la Asociación Estudios de Falun Dafa en Argentina y las acciones legales que fueron tomadas en nuestro país contra el genocidio en China”. 

Por Alberto Esteban Iriarte

Ex profesor de Microeconomía, ex vicerrector y hoy Profesor Consulto de la Universidad Católica Argentina. Autor de “Microeconomía” editado por Ediciones Macchi y de artículos periodísticos.

   

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