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Diálogos sobre la Sexualidad Tántrica entre la Discípula y el Maestro

“Querido Maestro’’-dijo la Discípula Alegre- ¿en qué se diferencian la sexualidad tántrica del sexo, tal como lo conocemos y practicamos en Occidente?”.

Mientras
se mesaba suavemente su larga y blanca barba, el Maestro respondió:

“Occidente
vive el sexo como descarga, como alivio, como explosión, nunca como implosión,
la gente lo compara inconscientemente con las funciones excretorias, como algo
que tiene que ‘salir’ urgentemente del cuerpo, algo para sacar, para mandar
rápido afuera y así aliviarse”.

La
ventana estaba abierta y se olía el fresco de la tarde y el rumor del agua allá
a lo lejos.

“Para
el Tantra la sexualidad es un éxtasis posible. ¡Nada que ver con algo que hay
que expulsar! En tal caso es como liberarse de un Hechizo… ¡el Hechizo del
Sexo! Es una forma de recargarse, de llenarse de energía, a través del juego
de las polaridades Yin//Yang, de las fuerzas masculinas y femeninas que tienden
a unirse, a potenciarse, a enriquecerse”.

“No
entiendo Maestro’’ -dijo la Discípula Alegre- “¿cómo es eso de la ´urgencia’
por salir?’’.

“Fíjate
en las películas, auténticos manuales del Sexo para los jóvenes, -respondió
el Anciano con voz clara y pausada- verdaderos Constructos de fantasías
sexuales. Allí el varón aparece siempre como desesperado, ansioso de entablar
una introducción de inmediato y cuando la mujer está dispuesta se muestra
igual que él’’.

“Uno
se abalanza encima del otro, se desgarran las ropas, apuran la penetración, con
una respiración entrecortada, anhelante, ruidosa….Hacen el amor como en una
pelea, sobre la mesa de la cocina…. Eso es para ellos lo que es bueno. Eso es
lo que llaman Amor. No hay espera, no hay casi caricias. No se respeta el
ritual. No hay Juego Sagrado -y con una voz especial agregó-: No hay Humor, que
está tan cerca del Amor, y
entonces todo acaba rápidamente y viene la tristeza y la depresión”.

El
Maestro hizo una pausa y apoyó la mano sobre un libro:

“El
líquido seminal es lo que urge por salir y rápidamente el Deseo desaparece.
Triunfa el Impulso a la Reproducción por sobre una actitud más contemplativa
del Goce. Así el varón pierde la
energía sexual ya desde joven y la mujer, como vemos, guarda una actitud
recelosa ante el sexo’’.

“Entonces-dijo
la Bella Joven- ¿no hay que apurar la salida de las materias sexuales?”.

“¡Claro
que no!–dijo el Maestro- los líquidos sexuales son energía pura, lo que los
científicos hoy llaman Genoma Humano es un trozo de materia-energía vibrante:
una cadena informática, sobredeterminada, hipercompleja, capaz de producir vida, llena de minerales, enzimas y
hormonas que en el interior del cuerpo

mantienen
la piel fresca, los ojos brillantes y el paso elástico; quien no respeta estas
ideas pierde el vigor cerca de los 30 años y necesita estimularse cada vez más
y toda su mirada es apagada y sin vida’’

“Mi
amado tiene 40 años y me hace el amor sólo los sábados, una vez por semana,
¿hay algo más doloroso que eso para una mujer?’’-dijo la Joven Discípula-

“Si
le trasmites las enseñanzas del Tantra y del Tao del Sexo pronto lo verás
relinchar como un potro en la verde pradera de Primavera y tú misma te sentirás
transportada a los Espacios del Goce’’.

Y
mientras sonreía tiernamente, el Maestro agregó:

“Dile
que el acto del Amor requiere un re-aprendizaje completo tanto para el Varón
como para la Mujer. Así el Tallo de Jade se levantará siempre fuerte y las
Puertas de Seda serán siempre aterciopeladas para él”.

“Maestro…tus
palabras me llenan de alegría… ¿es esto una Religión?, ¿es una
ciencia?’’.

“Ni
lo uno ni lo otro” -aclarándose la garganta prosiguió-: “Lo que la Ciencia
Occidental -la Sexología Moderna- descubrió hace apenas 50 años se venía
practicando en China y la India desde hace milenios, era la manera de preservar
la Juventud ante el paso del Tiempo, una Disciplina reservada a los Sabios y a
los reyes, los juegos preliminares, el control de la eyaculación para evitar la
eyaculación precoz, el
Punto G
, toda la riqueza e innervación del Clítoris  y la Vagina Profunda ya eran conocidos por
los Yogas y los Vedas y dicen que Masters y Johnson leyeron esos libros en épocas
no muy lejanas’’.

“Hoy
hay cientos de sitios en Internet
sobre Sexología y Tantra, algunos muy buenos, cualquier persona interesada
puede acceder muy fácilmente’’.

“En
resumen: la Ciencia ayuda pero en el fondo es tratar de hacer del Acto del Amor
-de todos y de cada uno- una Obra de Arte. No se trata de rehuir el orgasmo para
siempre si no de postergarlo para aumentar el Espacio del Goce’’.

“Tu
enseñanza me devuelve la esperanza -murmuró la Discípula Alegre- dime algo más
específico sobre las mujeres!”.

“La
mujer, aun siendo poliorgásmica, tiene abiertas las puertas del Yoga del Sexo,
si lo prueba nunca más vuelve al orgasmia indiscriminada, su carácter mejora,
recupera la Juventud y luce más bella que nunca, las hormonas que produce no se
pierden por su orina sino que se mantienen en sangre y eso alegra su carácter, evita la menopausia dolorosa y se
siente productiva y excitada todo el tiempo’’.

“Maestro…Maestro…
-Discípula Alegre movió incrédula su cabeza y unos mechones le taparon por un
momento la mirada brillante: ¿De qué vivirán los sexólogos y los psicólogos
si todo el mundo practicara el Tantra y el Tao del Sexo…?”.

Sonriendo
imperturbable el Anciano hizo un gesto vago con la mano:

“Los
desafíos que viven los sexólogos y psicólogos de nuestros días son
inquietantes: su ciencia toda se moviliza ante el Viagra, la apomorfina (Uprima), el tadalafil (Cialis), el
vardenadil (Levitra), la ocitocina como afrodisíaco femenino, la clonación que
vino para quedarse…’’

“Pero
no perdamos la Esperanza: en Internet hay algunos que se están replanteando los fundamentos y vuelven a
las fuentes en busca de verdades y hacen de su vida personal un aprendizaje
perpetuo, no se fosilizan sino que el Tao les enseña a ser flexibles como el
bambú con el viento en la tormenta”.

La
noche volcaba su tinta mansamente en la estancia donde platicaban, el Maestro
encendió una vela y se hundió en una meditación profunda, la luz tenue
iluminaba su rostro y jugaba prendiendo y apagando sus facciones. Discípula
Alegre se marchó sin hacer ruido pensando en…

“…tratar
de hacer del Acto del Amor una
Obra de Arte’.