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Cuidado de la piel

El cuidado de la piel no es una ciencia simple. Aparentemente, hay tantos tipos de piel como podemos imaginar. Y cada uno necesita un cuidado especial. Pero por suerte hay algunos consejos que sirven para todas.

Cuidar
nuestra piel, en especial en aquellas áreas que están más expuestas a la acción
de los elementos y de los diferentes agentes que pueden actuar como agresores
de la misma no es una tarea fácil. Requiere de tener ciertos conocimientos y de
ser capaces de tomarnos el tiempo necesario para poder poner en practica cada
pequeña practica benéfica.

Y,
para hacer la vida un poco más complicada, ni siquiera se puede una fiar de
todos los consejos para el cuidado de la piel que se encuentra en las revistas
o que ve por televisión. 

¿Por qué? Por el simple motivo de que cada tipo de
piel necesita de un cuidado especial, y debemos ser muy concientes de que tipo
de piel tenemos antes de decidir seguir un consejo u el otro. Porque el consejo
que es útil para una piel seca puede ser contraproducente para una piel grasa,
y el consejo que es lo más grandioso nunca descubierto para la piel normal es
lo peor que le puede pasar a una piel sensible.

Entonces
debemos ser concientes de que tipo de piel tenemos antes de intentar ninguna
técnica, y aun así hay muchas posibilidades de que terminemos con un resultado
totalmente distinto de lo que esperábamos.

Vamos
a tratar de hacer las cosas un poco más simples, para que podamos olvidarnos,
al menos, de una complicación. Y lo vamos a hacer dando unos cuantos consejos
que son simples de seguir, fáciles de aprender y que, aun mejor, funcionan con
absolutamente todos los tipos de piel, sin importar si es seca, normal,
combinada, sensible u grasa. Son consejos que todas podemos seguir y obtener
excelentes resultados. 

Para Evitar Las Arrugas 

El
primer consejo para evitar las arrugas es realmente muy simple. Dormir de
espaldas. Si, exactamente como lo leen. Dormir sobre la espalda, sin apoyar la
cara sobre la almohada es la mejor forma de evitar la formación de las arrugas.
De esta forma, la gravedad produce menos efectos sobre nuestro rostro, por
decirlo de alguna manera.

Por
otro lado, evitar apoyar el rostro sobre la almohada previene que nos
levantemos con la piel de la cara toda hinchada y sensible, con lo cual hay
menos estiramiento de la piel y, por lo tanto, menos formación de arrugas. 

Pantalla solar 

La
pantalla solar es una de nuestras mejores amigas, sino la mejor de todas,
cuando del cuidado de la piel se trata. Y esto se debe, principalmente, a que
el sol es uno de nuestros peores enemigos.

Usar
pantalla solar todo el tiempo cuando salimos de casa, sin importar que no haya
precisamente un sol radiante sino que este totalmente nublado es la mejor forma
de evitar las arrugas. Siempre que salimos de casa debemos usarla, aun si solo
salimos por unos pocos minutos. Es vital que no nos olvidemos de ella. No hay
discusión posible sobre este punto. Y créanme que, a la larga, terminaremos
notando el efecto de la pantalla solar, especialmente si tenemos en cuenta como
estaríamos si no la hubiésemos utilizado, o si observamos a personas que no
toman en cuenta esta precaución al salir de sus hogares.

Quebraduras e hinchazones 

Ciertas
mujeres se encuentran todos los días con que tienen quebraduras nuevas en la
piel del rostro o de las manos, y conque están hinchadas u amoratadas
constantemente.

Y
la mayor parte de las veces encontrar la razón detrás de esto no les resulta
fácil, ya que son mujeres que toman precauciones con su piel, que se la cuidan
y que no la someten a un tratamiento que podríamos llamar violento o
desconsiderado.

Muchas
veces, sin embargo, la fuente de este tipo de problemas es una que
probablemente nunca hubiéramos pensado que podía ser: nuestro detergente. Si,
es posible que nuestro detergente sea el que genera las quebraduras, las
hinchazones y hasta el causante de que la piel este reseca.

Para
solucionarlo, lo mejor es buscar un detergente que no tenga perfume o
colorantes de ningún tipo. Y probar hasta encontrar el que no nos perjudica. 

Limpiadores 

Más
allá del tipo de piel que tengamos, es muy posible que si elegimos un limpiador
incorrectamente tengamos problemas con ella, especialmente irritaciones, piel
reseca o quebraduras.

Para
evitar esto, debemos seleccionar un limpiador que sea realmente soluble en
agua, no que solo lo diga, y nunca uno soluble en otra sustancia.

Para
comprobar que un limpiador es realmente soluble en agua, hay una prueba muy
sencilla que se puede realizar en cualquier momento. Es, como podemos
imaginarnos, disolver el limpiador en agua, poniéndonos un poco en la palma de
la mano y tirándole un poco de agua con la otra mano. 

Si el limpiador realmente
es soluble en agua, debe salir fácilmente, debe ser barrido por el paso del
agua que le estamos tirando, sin ninguna necesidad de que lo remojemos en
múltiples ocasiones o de que lo refreguemos con un trapo húmedo. Un poco de
agua salpicada debe alcanzar para removerlo completamente.

Los
trapos húmedos suelen ser al menos un poco abrasivos, por el contacto y el frotado
sobre la piel, que suele estar un poco sensibilizada por la presencia del
limpiador; y, en general, si los utilizamos para frotar el limpiador lo que
obtendremos es una importante irritación de la piel.

Por
último, los limpiadores deben dejar la piel totalmente limpia una vez que se
los ha disuelto en el agua. No deben, de ninguna forma, dejar una película
grasa, residuos, causar irritación, sequedad o quemar a los ojos si entra en
contacto, por accidente, con ellos.

Si
este es el caso, lo mejor es que empecemos a buscar otro limpiador.
 

Refrescar la Piel 

Otra
medida que podemos tomar, especialmente después de un largo día de agresión de
los elementos, es refrescar un poco la piel. Para hacerlo, lo mejor es rociarla
muy suavemente con unas gotas de agua mineral, muy suavemente y en la forma de
un rocío parejo por todo el rostro. 

Por supuesto, no nos referimos a una ducha
ni a echarnos cantidades ingentes de agua sobre el rostro (no nos vamos a
vaciar una botella entera, como si de alguna vieja propaganda de televisión se
tratase) sino de unas cuantas gotas bien repartidas, que humedezcan levemente
la totalidad de la cara.

Y,
si el día ha sido realmente cansador y pesado, no solo estaremos ayudando a
nuestra piel a estar mejor, sino que será un momento realmente placentero y que
nos permitirá relajarnos.  

Una Toalla Caliente 

Una
característica de la piel es que se vuelve más absorbente a las sustancias que
sobre ella se depositan cuando esta tibia, apenas un poco más caliente de lo
normal. También se vuelve más elástica se estira en estas circunstancias.

Esto
hace que sea una excelente idea que (para potenciar el poder de la acción de
los productos para el cuidado de la piel que vamos a utilizar) nos pongamos,
antes de aplicar cualquier crema o máscara (o cualquier otro producto), una
toalla caliente, ligeramente humedecida con agua también caliente (en realidad,
el método más sencillo para calentar la toalla es humedeciéndola con el agua
caliente). Esto abre los poros y permite la absorción.

Por
supuesto, si el día es cálido y la piel ya esta caliente, esto no es necesario.
Solo lo aconsejamos para los días fríos o sí la piel esta fría por algún
motivo. 

Alfa-hidróxiacidos 

Si
somos de las personas que utilizamos uno de estos ácidos, y luego debemos
hidratar nuestra piel, humedeciéndola, la mejor forma de hacerlo es esperando a
que el ácido se haya secado totalmente, ya que sino se le hará perder
efectividad con la aplicación del agua para humedecer. El estar completamente
seco aumenta su poder de una forma notable, además de que no removeremos nada
del ácido por error o por aplicar el agua incorrectamente o antes de tiempo. 

Exfoliantes 

Si
bien los exfoliantes son muy útiles para darle una imagen de juventud y de
salud a la piel, ya que son su acción se eliminan de las capas superiores de la
piel a las células muertas o viejas, tampoco hay que caer en la tentación de
utilizar demasiado sus servicios, ya que la utilización en demasía de
sustancias exfoliantes puede irritar la piel.

Lo
mismo sucede cuando, para lograr el mismo efecto, fregamos demasiado nuestra
piel con una esponja para tal menester. Y ni que decir de sí fregamos en demasía
utilizando sustancias exfoliantes.

Para
pieles secas, en general, con hacerlo una o dos veces por semana es más que
suficiente. Para pieles grasas, el numero de veces puede ascender a dos o tres.
Siempre dependerá, al menos en parte, de cada uno y de cada piel, pero estas
cantidades son bastante estándar. 

Maquillaje 

La
aplicación de excesivo maquillaje puede ser perjudicial para la piel. Y más
perjudicial aun es el maquilarse varias veces por día, buscando lucir lo mejor
posible.

Así
que lo ideal es que el maquillaje resista todo lo posible, que nos dure puesto
todo el tiempo que podamos, luciendo siempre bien, para que no tengamos que
hacernos retoques todo el tiempo o, aun peor, maquillarnos totalmente de nuevo.

Una
forma fácil de asegurarnos que el maquillaje dure más y se vea mejor durante más
tiempo es aplicándolo sobre la piel ligeramente mojada.

Por
supuesto, como es lógico de suponer (y por la casi imposible aplicación del
maquillaje de hacerlo de otra forma) cuando decimos mojada nos referimos a
húmeda, no a empapada. La mejor forma de asegurarnos que la humedad sea
correcta es lograrla mojándonos el rostro abundantemente y luego secándolo
dándonos pequeños golpes con una papel tissue. Esto dejara a la piel con una
humedad muy tenue, ideal para lo que queremos. Sobre esta humedad, aplicaremos
la base de nuestro maquillaje.

Esto
ayudara a que el pigmento se distribuya mejor, ya que lo hará en forma pareja,
cosa que no sucedería si tuviésemos en el rostro zonas de sequedad.
 

Bien,
estos son los consejos que podemos dar en este momento. Son simples, fáciles de
seguir, y créanme que son efectivos. Los productos de cuidado de la piel son
importantes y necesarios para lograr que esta este perfecta, pero estas simples
ideas también ayudaran. Y además no cuesta nada realizarlas.

Pensemos
siempre que todo cuidado que tengamos el día de hoy ayudara a que no nos
lamentemos por el estado en que esta nuestra piel el día de mañana. Y, como ya
dijimos, no cuesta nada cuidarse un poco.

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