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¿Cuándo hay que decir a los niños que son adoptados?

Aunque no hay recetas para hablar sobre la realidad de ser adoptados, es conveniente ser cuidadoso y contar con el apoyo psicológico de un profesional que pueda asesorar al respecto y determinar cuándo es el momento más adecuado para abordar el tema…

En épocas pasadas era bastante natural que los niños adoptados nunca supieran su verdadero origen, pero hoy en día, lo más frecuente es que los padres mantengan una posición abierta y sincera respecto de la condición de los hijos.

“Hay maneras muy sutiles y sanas de ir acercando el tema a los niños cuando aún son bebés. Nosotros aconsejamos que siempre hay que decir la verdad, aunque también es necesario evaluar cada situación ya que cada familia es un mundo y puede haber casos extremos que hay que analizar en profundidad.

Mucho antes de que los hijos sepan hablar es posible decirle a los pequeños frases en donde a modo de cuento se puede ir contando la historia. Hay muchos modos de acercar la verdad según sea la edad del niño”, comenta la psicopedagoga española Rocío López Manzano.

Lo importante es que el niño no reciba la noticia como un shock ni como una sorpresa, “por eso, el mejor modo de abordar el tema es a través de la naturalidad. Hay que hablar con total apertura sin que los padres se sientan censurados ni avergonzados.

Las preguntas irán llegando de a poco a medida que los niños se hagan mayores. Incluso hay casos de pequeños que se conforman con saber que son adoptados y se sienten tan cómodos en su hogar que no necesitan saber nada más.

Hay que respetar y valorar la decisión de los hijos y darles tiempo a que asimilen la noticia sin presiones y sin contar nada que no sea útil para ellos. Todo debe ser comentado con tranquilidad y en un ambiente de calma y armonía”, sostiene la psicopedagoga.

El asesoramiento profesional es clave para que los padres sepan cómo encarar el momento. “No hay que dejar pasar muchos años para contar la verdad. Se considera un buen momento antes de los cinco o seis años.

Los adultos deben explicar las cosas desde un lado positivo y alegre. Nunca hay que potenciar la historia de los padres biológicos si ésta es triste o trágica. Hay que hacer hincapié en el amor que se les tiene a los niños y resaltar en todo momento el grupo familiar que se ha podido concebir gracias a la llegada de los niños.

Muchos padres creen que será fácil enfrentar un momento de estas características, pero por más dócil que sea el hijo, es conveniente contar con apoyo específico para evitar el impacto”, aconseja la profesional.

La reacción de los niños dependerá del grado de madurez que tengan y de la edad, pero “sin dudas, si la verdad es dicha con amor y fortaleciendo todo lo positivo que tiene la adopción, es menos probable que los hijos tengan un comportamiento brusco o negativo”, asegura la psicopedagoga española.

Si una vez que se ha sabido la verdad, los pequeños no desean preguntar nada más, no hay que presionarlos. “La búsqueda de la identidad comenzará sin lugar a dudas durante la adolescencia.

Hay que dejar que ellos sean quienes decidan cuándo hablar del tema. Puede ser que durante este proceso evolutivo sean ellos quienes quieran más detalles acerca de la familia natural.

Siempre con tacto y con objetividad hay que contar lo necesario”, opina López Manzano.

Es importante que los adultos sepan que siempre es preferible contar la verdad. “Muchos padres creen que una manera de proteger a los niños es nunca enfrentar el tema, pero esto es una falacia.

Se trata en definitiva, de la identidad de un ser humano y este derecho debe prevalecer por encima de cualquier otro pensamiento”, finaliza diciendo la profesional.

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