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Competitividad e innovación en la empresa

 Para competir hay que innovar constantemente. Para innovar, hay que tener ideas nuevas. Y para tener ideas nuevas, muchas veces hay que cambiar la manera de pensar…

Antes de empezar,
imagínese el área donde se venden los productos en el
supermercado al que usted
acude habitualmente. ¿Pudo hacerlo?

Esto parece una pregunta extraña. Por supuesto que pudo. Pero lo extraño de la
pregunta muestra algo fundamental sobre la forma en que su memoria funciona. Su
memoria le proporciona la información que piensa que usted necesita cuando cree
que lo necesita.

Cuando usted está
caminando por el supermercado (o se le pide pensar en ello), la información
acerca de las compras resulta fácil de recordar. Cuando usted está en un partido
de fútbol, resulta fácil pensar en sus conocimientos acerca de las reglas y las
distintas jugadas, pero le costará recordar la textura de la lechuga fresca.


Ahora, volvamos a la innovación


Cuando usted necesita resolver un problema de un modo novedoso, tiene dos
opciones. La primera consiste estrictamente en investigación y desarrollo. La
otra requiere hallar ciertos conocimientos (que usted ya sabe), que ofrecen una
solución novedosa a sus conflictos.

Cuando usted reúne un grupo para debatir
ciertas ideas, usted está apostando que el grupo ya sabe cómo resolver el
problema, y que sólo tiene que encontrar la respuesta apropiada.

Como le acabamos de mostrar, se puede sacar información de la memoria sin
demasiado esfuerzo. Eso significa que para resolver un problema, será necesario
preguntarle a su memoria las preguntas correctas. Para resolver el problema, hay
que centrarse en su esencia.


Pero, ¿qué constituye la esencia de un problema?

Un buen ejercicio para pensar de manera diferente es considerar los dichos
clásicos. Tome por ejemplo el dicho, "Las apariencias engañan". ¿Qué otros
refranes populares le recuerda?

Inmediatamente podría pensar en, "En boca del mentiroso, lo cierto se hace
dudoso". Note, sin embargo, que estos dos refranes no significan lo mismo. Sólo
son similares en su superficie.

Recordar los
proverbios basándose en su superficie es como que alguien quiera solucionar el
problema de la bolsa de las aspiradoras pensando en la bolsa, en lugar de
considerar otras formas de resolverlo.

Ahora, piense en el significado del primer refrán. Este dicho representa que la
apariencia de algo o alguien no indica lo que realmente es. Una vez que haya
pensado en el refrán de esta manera, es posible que lo relacione con otros
dichos tales como "No se puede juzgar un libro por su portada", o "No todo lo
que brilla es oro".

Resulta que si usted se enfoca en el significado de los refranes, usted puede
obtener mejores resultados en la búsqueda de definiciones similares de los
problemas que está tratando de resolver.

Pensar los problemas
de esta manera le ayudará a recordar aquellos conocimientos que usted tiene, y
que es más probable que lo conduzcan a soluciones innovadoras para sus
problemas.

En última instancia, la clave para la innovación
no es sólo pensar de manera
diferente, sino también, pensar en cosas diferentes.


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