Estrategias de carrera profesional
Tener una idea es bueno. Desarrollarla es excitante. Presentarla puede ser algo aterrador...
Después de todo, tienes mucho para perder, ¿no es así? Recibir una respuesta negativa es una experiencia muy personal y desagradable.
Sólo pensar en el hecho de alguien defenestrando una idea en la que crees y sobre la que has trabajado largas horas te resulta enfermizo.
Es, asimismo, una forma equivocada de abordar el concepto de la presentación o lanzamiento de una idea. El momento del lanzamiento es una oportunidad para presentar algo que has hecho a partir de la nada; un producto de tu propia inspiración, creatividad y esfuerzo.
Si bien no existe una fórmula para hacer una presentación exitosa, es importante saber que el proceso de preparación requiere ampliamente más tiempo —horas, días, semanas— que el tiempo de la presentación en sí. Viéndolo de esta manera, una presentación puede convertirse en lo que realmente es: una actuación.
A continuación, Enplenitud te acerca los consejos para presentar exitosamente tus ideas:
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Antes de convertir tu idea en una presentación completa, averigua en forma precisa quién es la mejor persona que puede escucharla. Tu jefe podría ser una buena y típica elección, pero tal vez no sea la persona adecuada.
Podría ser un directivo de la empresa, o la cabeza de otro departamento, o por qué no alguien de otra empresa. Lo más importante a tener en cuenta a la hora de lanzar tu idea es encontrar una audiencia con en poder de implementarla.
Una vez que has elegido tu objetivo, realiza una investigación sobre el ser profesional que escuchará tu idea —no dejes de lado información acerca de su personalidad y otros datos que puedan serte útiles—.
Tu presentación debe desarrollarse de manera que apele a estos rasgos de su personalidad. Cuando te encuentres lanzando tu idea, tu trabajo pasará por poner a ese individuo de tu lado, haciéndole comprender por qué tu idea es excelente y cómo puede realizarse.
En consecuencia, si tu objetivo es fanático de los deportes o de una película, sigilosamente trabaja en una sutil analogía relacionada en tu presentación.
La idea es la razón por la que estás aquí. Trabaja con ella, moldéala y refínala hasta que seas capaz de resumirla en una sola oración —no importa que sea la mejor idea del mundo, debes explicarla en una línea—.
Todos respondemos de alguna manera a las historias, ya sea en forma consciente o inconsciente, así que inventa un cuento muy básico y relaciónalo adecuadamente a tu idea central.
No tengas miedo de exagerar los desafíos a la hora de enfrentar la implementación y poner en juego el éxito de tu idea. Después de todo, si no puede superarlos, en una de esas no sea una gran idea.
De este modo, a la hora de encauzar los varios desafíos logísticos o financieros de tu idea, abórdala como si se tratara del núcleo de la historia. Mientras mayores sean los desafíos, mayores las dificultades que deberás superar, y mejor y más convincente será tu presentación.
La transformación es el elemento crucial de una historia satisfactoria. ¿Cómo este mundo o esta situación cambió en comparación a su estado en el comienzo?
Cuando vayas a lanzar tu idea, las vidas, las funciones, y los procesos deben ser descritos en un estado de insatisfacción (caos, inestabilidad), y, hacia el final, debes hacer foco en cómo tu idea mejoró este estado inicial.
Una vez que haya terminado el lanzamiento, el objetivo de la presentación nunca debe preguntarse: “¿Cómo es que esta idea va a mejorar las cosas?”. El cambio mismo que promulga es su razón de ser, y debería ser palpablemente obvio.
En consecuencia, a no ser que tengas algunos récords que presentar, tu lanzamiento deberá ser ligero en su contenido me números y matemáticas. Reserva la mayoría del material estadístico para responder las preguntas posteriores a la presentación, o entrégalo en forma de informe o gacetilla a cada uno de los presentes.
Idealmente, deberías presentar tu idea en el ámbito adecuado, a la persona adecuada, y disponer de todo el tiempo y los materiales que necesitas. Esto es poco frecuente, sin embargo, ya que la realidad dista mucho de lo ideal. En consecuencia, es recomendable preparar varias versiones de la presentación. Éstas son:
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Después de presentar tu idea, prepárate para una rueda de preguntas y, asimismo, busca argumentos tentativos ante el posible rechazo o la posible aceptación generalizados de tu idea.
Si no has hecho nada como esto antes, echa un vistazo al mundo que te rodea y recuerda: virtualmente cualquier decisión hecha por los hombres que ves con algún tipo de significación comercial —el logo de una empresa, la distribución de unas oficinas, un barrio residencial, etcétera— comenzó como una idea que una persona presentó a otra.
Asimismo, y para que no te sientas mal, recuerda que sólo puedes ver aquellas ideas que han sido exitosas, y que hay decenas o cientos que quedan en la nada por cada una de éstas.
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La Redacción
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