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Cómo cultivar plantas frutales en macetas

¿Sabías que en tus macetas puede crecer diferentes variedades de árboles frutales?


En efecto no es necesario disponer de un gran terreno: la terraza y hasta el
balcón pueden dar lugar a que crezcan naranjos, limoneros, cerezos, quinotos,
higueras, entre muchas especies, de las que las variedades enanas son las más
indicadas.


Cultivadas en macetas de gran tamaño, se encargarán de dotar de belleza y
perfume a tu casa, a la vez de proporcionar el placer de cosechar las frutas uno
mismo.

Primero y principal: la tierra

Para que crezcan bien los frutales, se necesita una tierra, que deberá estar bien
abonada o ser una mezcla de tierra fértil y turba negra.


El riego abundante será muy importante, sobre todo en los meses cálidos. El
riego debe ser abundante desde la primavera al otoño, pero moderado en invierno
y conviene rociar las hojas y las ramas con cierta frecuencia.

Importante para el invierno: estos frutales no toleran las heladas, por lo que
en los días de mucho frío será conveniente transportarlos al interior de la
casa, teniendo la precaución de ubicarlos donde les de la cantidad de luz
suficiente.

En cuanto a la poda, se trata de ir cortando los brotes nuevos al
comenzar la primavera para que crezcan con más fuerzas.

El lugar donde plantarlos

Una maceta de gran tamaño es el lugar ideal para plantar cualquiera de los
frutales más comunes.

Además, cítricos como el naranjo o el limonero, cuando son
plantados en macetas grandes y vistosas, darán un toque de color al balcón o la
terraza, convirtiéndose en un elemento más de la decoración.

Y en primavera,
cuando empiecen a brotar las flores, se le suma el perfume que aportan.

Entre los naranjos, existen distintas variedades que son ideales para cultivar
en maceta:


El Citrus mitis "Bunge": es un pequeño árbol de copa densa, que tiene tendencia
a la verticalidad, inerme o con cortas espinas. Sus hojas son pequeñas y
elípticas y no necesita poda de mantenimiento.


El Citrus sinensis "Navelina", un árbol pequeño, de forma muy redondeada, con
muy pocas espinas, follaje denso. De hojas muy pequeñas y alargadas, sus frutos
son dulces.


El Citrus aurantium "Bouquet". De denso follaje verde oscuro que contrasta con
el color de sus frutos y flores, lo que lo hace sumamente vistoso. Se
caracteriza por tener frutos amargos y hojas puntiagudas.

Cuidados básicos de los frutales

Sea la especie de que se trate, en todos los casos hay una serie de cuidados
básicos a tener en cuenta.

La maceta en la que se coloquen debe ser
grande, profunda y con buen drenaje, porque aunque se trate de árboles de poco
tamaño, necesitan espacio para poder dar frutos, por lo que se recomienda el uso
de macetones.


Como ya dijimos, la tierra que se coloque debe ser de muy buena calidad. El
abono debe estar presente todo el año: en verano hay que elegir productos ricos
en nitrógeno y en invierno deben tener microelementos, como hierro, magnesio,
zinc y potasio para evitar que la fruta se desprenda del árbol antes de estar
madura.

Durante el invierno es preferible tener al frutal en el interior, con una
temperatura de entre 15 y 18º C. Por eso, ubicar la maceta sobre un soporte con
ruedas sería lo más adecuado para facilitar su traslado.

Los frutales soportan el
sol directo y el sitio ideal para ubicar las plantas es
en un lugar claro y soleado.

Y aunque los cítricos no requieren una poda regular, hay que conservar la forma
de los árboles plantados en maceta y por eso conviene cortar los brotes nuevos a
principio de la primavera, para que crezcan más frondosos.


La poda no solo deberá aplicarse a las raíces, sino también a las ramas, para
estimular de este modo el crecimiento.

A los frutales de un año, se les podará
un tercio aproximado de su tamaño, dejándoles 2 o 3 yemas a los brotes
laterales. En árboles de dos años, reduciremos el brote central a unas 4 u 8
yemas del brote del año anteriores.


En las especies enanas, una poda bastará, limitándonos a suprimir alguna rama
que desequilibre la forma general del arbusto.

En cuanto al aspecto, con el
tiempo podremos darle una estructura de pirámide o redondeada. La primera, se
articula sobre un tronco vertical, distribuyendo las ramas por pisos, las más
largas cerca de las raíces y las más cortas, por arriba.

Para un aspecto
redondeado, basta con dejar 4 o 5 ramas bien repartidas y espaciadas
regularmente.


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