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Cómo cuidar la piel de tu bebé

Lo que debes tener en cuenta para cuidar la piel de tus niños

La piel infantil y adulta comparten similitudes en estructura y función, aunque cada una es única, especialmente con respecto a cómo reaccionan a las exigencias ambientales. Por ejemplo, el pañal de un bebé es un ambiente retador y el sitio más frecuente de irritación en el bebé.  

La piel infantil también es afectada por factores de temporada tales como calor y humedad extrema en el verano, que pueden causar una sudoración mayor en las áreas del pañal y pliegues de la piel. Por el contrario, la baja humedad del invierno en muchos climas puede producir una resequedad significativa en la piel.  

El uso adecuado y vigoroso de emolientes puede realmente ayudar a prevenir la dermatitis en algunos bebés y puede disminuir la cantidad de corticoesteroides tópicos requeridos para aquellos que la desarrollan. 

La infancia es el momento para comenzar con el hábito sano de evitar una exposición excesiva a la luz solar. La mayoría de las personas reciben más del 80% de su exposición a la luz solar antes de los 18 años.  

Está claro que la incidencia de carcinomas básicos y escamosos está relacionada con la exposición al sol y que el riesgo de un melanoma maligno es proporcional al número y gravedad de quemaduras durante la niñez.  

El uso correcto de protectores solares, especialmente las formulaciones de amplio espectro, diseñadas especialmente para bebés mayores y niños pequeños que permanecen en el agua, pueden prevenir en futuro problemas cosméticos y médicos. 

El cuidado rutinario de la piel infantil

La mayoría de recién nacidos tienen una piel que es suave, aterciopelada y tersa. Algunas condiciones dermatológicas menores pueden estar presentes al momento del nacimiento o justo después, tales como acné infantil (del efecto de los andrógenos maternos) o descamación leve (cuando se elimina la vermix), pero generalmente son transitorios y rara vez tienen significado médico.  

Desde las primeras horas de vida la piel es asombrosamente capaz de cumplir la mayoría de sus funciones críticas. 

Hablando en términos generales, la piel sana tiende a permanecer sana siempre y cuando permanezca intacta. La piel dañada, sin embargo, es susceptible a albergar enfermedades que tienen muy poco o casi ningún efecto sobre la piel.  

La meta del cuidado de la piel en los primeros años de vida, por lo tanto, es el de disminuir la irritación y mantener la integridad de la barrera epidémica. 

Esta meta pude lograrse de varias formas, muchas de la cuales están interrelacionadas: 

          Evitar la exposición a agentes irritantes o sensibilizantes, tales como detergentes o jabones fuertes.

          Reducir el contacto con irritantes ambientales.

          Mantener un grado adecuado de hidratación (humectación de la piel).

          Reducir la fricción usando aceite o talco.

          Disminuir la absorción percutánea de químicos tóxicos.

          Evitar una excesiva exposición al sol. 

Al igual que con otras áreas de la medicina, en materia de cuidado de la piel, la prevención siempre es el camino preferido. 

Cómo evitar la exposición a agentes irritantes

Los productos utilizados en el cuidado de la piel infantil deben ser suaves y no irritantes. Entre las mejores medidas profilácticas de cuidado de la piel se encuentra la disminución a la exposición a sustancias irritantes y la preservación de los lípidos de la piel, los cuales juegan un papel importante en el mantenimiento del contenido de humedad de la piel.  

Debido a que es necesaria una limpieza frecuente para quitar las heces irritantes, la saliva e incrustaciones de alimentos, es especialmente importante usar agentes suaves de limpieza en los bebés.  

Se prefiere el uso de jabones y shampoos específicamente diseñados para bebés y que han sido ensayados y comprobados por se suaves. El aceite para niños es un buen vehículo para remover el material pegado sin usar el agua porque no afectará adversamente el contenido natural de lípidos de la piel y porque deja una película emoliente. 

El contacto con agentes irritantes en el área del pañal puede reducirse cambiando los pañales con frecuencia y limpiando suave pero no excesivamente (evitar los baños con agua repetidos).  

La aplicación de un producto de barrera diseñado para proteger contra la humedad en el pañal (principalmente debido a la orina y heces) puede ayudar a disminuir la fricción y prevenir la irritación en los pliegues de la piel.  

El ungüento de óxido de zinc ha demostrado ser efectivo en la prevención y tratamiento de la dermatitis en el área del pañal. El polvo para bebés con almidón puede ayudar a absorber la humedad disminuyendo la fricción en la piel. 

La hidratación de la piel fuera del área tapada del pañal puede mantenerse de varias formas, incluyendo un control de temperatura y humedad en casa; protegiendo al niño del viento; limpiando suavemente con jabones, aceites y shampoos suaves; y aplicando lociones humectantes, cremas o unguentos.  

Se debe dar preferencia al uso de productos diseñados y ensayados específicamente para cumplir las necesidades especiales de la piel infantil. 

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