Personaliza tu bronceado
Un bronceador para cada piel
La luz solar está compuesta por varios tipos de radiaciones electromagnéticas: Rayos X, Gamma, UVC (muy peligrosos, pero que no atraviesan la capa de ozono) y los que nos alcanzan: los UV, la radiación visible y los infrarrojos. Los que nos interesan por sus efectos biológicos sobre la piel son los UV, que se subdividen en UVB, e UVA cortos y en UVA largos.
Sabemos que la luz ultravioleta afecta
nuestra piel en el exterior en el transcurso de una jornada normal, e incluso en
el interior, en todas las estaciones del año, no tiene la misma composición ni
la intensidad que la radiación ultravioleta directa del sol de verano. Es
relativamente más rica en ultravioletas A. Veamos con más detalle en relación
con la radiación solar en general.
¿Qué ocurre, dependiendo de la fecha y
latitud cuando el sol no está en su cenit, sino que va declinando sobre el
horizonte, según avanza el día?
Se observa que el conjunto de la radiación
total disminuye hasta desaparecer en el momento del crepúsculo. Pero, así como
los rayos UVB descienden rápidamente, los UVA lo hacen de manera que la
radiación de UVA sobre el conjunto de radiación total, permanece prácticamente
igual todo el año. Por tanto, la relación UVA/UVB aumenta más allá del valor
mencionado anteriormente.
Durante una reunión de trabajo de especialistas en protección solar, se comentaron las tendencias del mercado de los productos solares, sobre todo aquellos de protección individualizada.
Había posturas diferentes, pero no contradictorias, toda vez que estos últimos años hemos visto como salían al mercados muchos productos especiales y cómo aparecían nuevos segmentos en el mismo, por lo que prácticamente se está ofreciendo a cada persona una protección individualizada.
La especialización afecta de forma más particular a ciertos grupos de consumidores (niños, personas alérgicas e hipersensibles), algunas situaciones de consumo (playa, deportes, esquí), a determinadas zonas corporales (rostro, labios, resto del cuerpo) y a algunas funciones adiciones ( autobronceadores, repelentes de insectos, maquillaje, cuidados para después del sol, protección del cabello, tratamientos para después del solario).
A ello hay que añadir los diversos tipos de
productos (leches, cremas, bálsamos, sprays, geles, espumas, aceites, lociones,
polvos compactos) y los numerosos factores de protección que se ofrecen ( de 2 a
60) .
Por otro lado está la aparición masiva de protectores solares en spray, muy bien aceptados por los consumidores, con ingredientes que se extienden muy bien en la piel, no producen película grasa y tienen una excelente penetración. Los sprays representan un nuevo paso hacia la protección individualizada y una extensa gama de productos solares.
Factores de protección solar (FPS)
La carrera de los factores de protección extraordinariamente elevados parece que ha acabado en el 2000. En 1998 apareció un producto en el mercado japonés con un FP de 123 y en 1999 salió otro con un FP de 130, lo que puede dar lugar a pensar que los factores de protección han tocado techo.
Para poner fin a esta escalada, la industria
cosmética ha decidido no sobrepasar un FP máximo de 50+ .Eso significa que
aunque el factor de protección real del producto sea más alto, la indicación
será " FP 50". Sólo la indicación dará a entender que dicho factor es más
elevado.
Estas reglas están vigentes en Australia desde 1997, donde el factor de protección máximo que puede señalarse en un producto es 30 ó 30+ .
En Estados Unidos se publicó en mayo de 1999
una monografía de protectores solares ( Sunscreen Drug Products For Over The
Counter Use, Final Monogragh ) y la Oficina de Salud e Higiene Pública (FDA) de
este país ha fijado el factor de protección que puede indicarse en un producto
en 30+ . También explica las razones de esta regla: en la práctica, los factores
superiores a 30 no pueden ofrecer realmente más protección.
Sin embargo, visto que actualmente los productos con un FP de más de 30+ han ganado una importancia considerable en el mercado, la industria cosmética protesta contra esta reglamentación. Mientras tanto, la entrada en vigor de la monografía ha sido aplazada hasta el 31 de diciembre de 2002.
Hasta esta fecha se podrán fabricar
productos con factores de protección superiores a 30 y demostrar su interés por
parte de los consumidores. Según el resultado de las investigaciones, la
monografía será posiblemente modificada una vez más. La solución, como en Japón,
de un factor máximo de 50+ no ha sido descartada.
Hasta el momento, en Europa no hemos tenido ni reglamentación ni recomendaciones respecto a los altísimos factores de protección que circulan en el mercado, por lo que es posible que la escalada de los FP se prolongue indefinidamente.
¡ Se han llegado a vender en Alemania
productos son factor de protección 60+ ! Ya veremos a qué alturas de protección
solar llegarán los "asaltantes de cumbres" este verano….
"Después de bañarse en el mar o en la piscina, el protector solar -incluso los waterproof- pierden hasta un 50% de su eficacia protectora"