Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

Anécdotas dispersas

Episodios en la vida de un andariego

Nunca
me han gustado las Fiestas, desde que en una Navidad, cuando estudiaba en
California, con un compañero y amigo guatemalteco apenas juntamos u$s 0.31
entre los dos, lo suficiente para comprar un atado de Camel y caminar ida y
vuelta de Santa Clara a San José 14 millas en total) mirando cómo se divertían
los demás, o la Navidad que pasé en Casa de Gobierno, de guardia en
Granaderos, brindando con mate, que era lo más fuerte que teníamos.

La otra
noche me dolía haber dejado el trago, y, al final, encontré una botella de
sidra y una de champagne argentino (malísimo) que ahora están en la heladera,
a la espera de que nadie se me muera el 31, para poder tomarme un trago de algo
más fuerte que Tang…

Y encima odio los ruidos y la estupidez de un pueblo que
no tiene para comer, pero sí para comprar rompeportones. Jamás saldremos
del subdesarrollo.

Pienso
contactarme con MENSA, que entiendo piden solamente 98 puntos de IQ en este país.
Yo, las dos veces que me pidieron dar el test, saqué 132 en 1952, y 139 en
1974-75, cuando entré a la Santa Clara University y en Braniff,
respectivamente.

¿Me aceptarán? En California, me comentaron que Einstein, la
única vez que hizo ese test, sacó 143, pero fue cuando recién llegaba a
U.S.A. y era joven…

Siempre
tuve una vida semi-azarosa: lo que pasa es que, no se por qué, vivo metiéndome
en dificultades en forma voluntaria. Como ahora: ¿quién me manda ir a
practicar judo con otro sexagenario, pero instructor de la Federal? Y lo peor,
quién me manda voltearlo, lo que lo debe haber molestado bastante, ya que todos
éramos conocidos.

Yo ya había practicado contra él, en los años 60, y no lo
reconocí hasta después del golpe. Y, lo peor, es que en el momento, no creí
que me volteara para la 3ª caída, hasta que sentí que se me despegaban los
pies del suelo, y para entonces era tarde, no alcancé a planear bien el asunto,
y caí mal.

Pero
ya tengo experiencia, ya que es la 3ª vez que me hago de goma la misma muñeca:
la 1ª, en un accidente de auto, cuando, en medio de una lluvia, en California,
me tragué de atrás el auto de un "deputy sheriff" al que le borré
el baúl.

Si bien él reconoció que había hecho mal en parar para doblar a la
izquierda en una ruta de 2 manos (ida y vuelta), la ley indicaba que yo tenía
la culpa, ya que recae sobre el que choca de atrás, y tuve que asumir la
responsabilidad, aunque me hiciera bolsa ambas muñecas, doblando la barra de
dirección y volante, hasta tocar el techo de mi auto; la 2ª, practicando para
el 9 de julio en Granaderos, en que mi caballo se boleó hacia atrás en plena
Libertador, y, para no quedar aplastado, ni hecho una brochette con el sable, me
tiré hacia la derecha, pegando con la empuñadura contra el pavimento, y haciéndome
bolsa la muñeca de nuevo; y ésta es la 3ª…

Hoy
sacaron a la pista el Torino que estaba preparando Luis Di Palma. El Torino es
un avión, con más potencia desde el vamos que cualquier otro motor. Pero le
han dejado (quizá por iniciativa del propio Luis, la trompa casi de fábrica,
lo que lo hace muy reacio a avanzar rápido. Creo que con una trompa más
redondeada, andaría entre los primeros.

Lo manejó Patricio Di Palma, llevando
a su hermana Andrea de acompañante, y teniendo por primera vez, a la madre en
los boxes, algo que nunca quiso hacer. Y te digo del Torino, porque tuve dos de
ellos, y corrí un par de veces con el de Cacho Ruesch, en una época en que se
enfermó, y es un auto, que, si no gastara tanto, sería un lujo tener.

 No por
nada hay quienes lo siguen teniendo (pero a gas) para viajar, porque es tan cómodo
como estar en el living de casa.

Yo viajaba a Bariloche al menos una vez por mes
en esa época, y, manejando solo, hacía el viaje de un tirón: mi mejor tiempo
(con desvío por la construcción del Chocón incluido), fué de 11½ horas,
Bariloche-Belgrano a 170 kph con gomas Firestone Campeón de Lujo, ni siquiera
radiales! Para 1609 km no está mal…