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Andá a vivir con tu padre

Cuando los adolescentes se ponen rebeldes, cuando no quieren estudiar o bañarse, cuando se sospecha que consumen droga, cuando no vuelven a dormir a su casa, cuando andan con “malas compañías”, las madres divorciadas suelen decirles cual amenaza: “¡ Andá a vivir con tu padre!”…

También lo hacen cuando la situación económica es muy despareja en ambos hogares. En la casa materna se corre la liebre y en la casa paterna de come caviar.

La madre no puede brindarle al hijo el nivel de vida que el padre sí podría darle. El hombre se niega a aumentar la cuota alimentaria para que su hijo también disfrute de standard de vida y el chico – aún inmaduro – muchas veces se ve tentado de tener compu, play station, moto, plasma, pileta de natación, etc. si vive con el padre (además de fantasear que con él no tendrá límites tan rigurosos como los que pretende imponerle la madre).
 
Y el chico se va. O lo manda la madre. Y el padre lo recibe "porque es el padre", pero en realidad tampoco tiene ganas de complicarse la vida con este muchachito, justo cuando él acaba de tener un bebé con su segunda esposa. Ella se casó creyendo que los hijos de él siempre vivirían con la madre, no con ella.
 

 


Y el hijo anda sin saber cuál es su casa
. Ahora resulta que la de mamá se achicó.¿No pensaban que él podía volver? Y en la de papá, que es grande, no encuentra el afecto que necesita.

Es que el padre trabaja 12 horas al día y casi no lo ve y a la que ve es a la madrastra dándole la teta al bebé y poco interesada en saber si al adolescente le gustan las milanesas con puré o con ensalada, si estudió para el examen o molesta si van los amigos a tocar la batería.

Estimada lectora: pensá bien cuando le digas a tu hijo que se vaya a vivir con el padre. Mirá que a veces se va y vos te arrepentís y él también y no es tan fácil dar marcha atrás.

Y comienza a pensar en volver con la madre. La madre tal vez ya se mudó a un departamento de un ambiente pensando que era para ella sola y que ya no contaba con la cuota alimentaria.

¿No te parece mejor pedir ayuda para poder vos ponerle límites, sin que cambie de casa? Ya sé que es difícil, ya sé que hay que aunque sea tu hijo lo querés matar, pero no te imagino sin él/sin ellos.

Si no podés sola, pedí ayuda terapéutica, pero pensá dos veces antes de renunciar a la tenencia de tu hijo. Si lo hacés, que sea una medida bien analizada y tomada con serenidad, no en medio de la desesperación.

Es difícil ser madre y más difícil aún es ser madre divorciada.
Pero esos atorrantes son TUS HIJOS.No son los perfectitos que soñaste.Vos tampoco lo sos para ellos. Pero son madre e hijo, for ever. 

Pasado el entusiasmo de los primeros días (o el alivio de aguantar a una madre que lo reta todo el tiempo y que ya no sabe qué hacer con él ni con su ex), el chico no se siente cómodo viviendo con la nueva esposa del padre y ese medio hermano chiquitito que es el centro de atracción.