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Amor de Internet

El amor por Internet: ¿enamorarse, qué fácil es…?

Amor de Internet, ¿amor hasta cuando?

El Internet ha globalizado las relaciones humanas, rompiendo los estilos de acercarse a los demás, sobretodo en las grandes ciudades, donde la interacción es ajena y difícil. Señalo aquí una paradoja de nuestros tiempos, mientras hay más personas reunidas en una comunidad, menos gente se conoce entre si.

Habitamos el mundo del contacto, pero desconocemos a todos, los extraños nos producen temor, no may más solidaridad con el hermano, el par el humano. En la red sin embargo, hacer relaciones con todos es sencillo, y hacer relaciones de amor, también.

Hay como una natural disposición para aceptar el flirteo o desarrollar al seductor o seductora que todos llevamos dentro. El sentimiento se desarrolla con enorme facilidad porque no existe la intrusión del cuerpo, del gesto de la palabra, que muchas veces crean distancia.

El ligue es casi inmediato, hay un reconocimiento de que ambos se son “necesarios” y “complementarios”. El ciberespacio  como alternativa de conocer es mejor (si se es honesto). No existen para las personas los temores de ser invadida, presionada, asaltada, estafada, con tanta facilidad como la da el mundo real.

Amor por Internet, ¿amor a una ilusión?

En este espacio virtual abierto a las relaciones humanas cada uno construye la imagen de lo  que le gustaría ser y no describe lo que realmente es. Este espejo deformado ayuda para que la pareja potencial, al otro lado de la red, sueñe con haber encontrado algo cercano al ideal de pareja.

Esta situación es engañosa, porque no se puede pasar de la relación virtual a la real sin evidenciar la realidad de cada uno. Allí empieza a desarmarse todo lo construido, aunque no es la norma, es lo más frecuente.

Pero el internet con la facilidad de recibir y enviar e-mails, hablar por chat etc., no sólo se ha convertido en el recurso más fácil para salir de la soledad, sino también en una fuente para cercarse a las personas y desarrollar sentimientos, muy al margen del status marital de cada uno. En esta dinámica el amor, los celos y la infidelidad no pueden estar ausentes.

Historias de amor por Internet

Hace poco, tuve  una  consulta de una paciente de 29 años, casada y sin hijos. Se encontraba confundida y celosa de la infidelidad de su esposo. La persona en asunto era del ciber espacio, una joven extranjera con quien el mantenía un tórrido romance.

Los sentimientos de ambos eran prácticamente los mismos que encontramos en las relaciones reales. Ella sufría por celos, se sentía frustrada, engañada y al borde la separación. El se sentía profundamente enamorado, y comprendido por la persona más a fin para él.  

Otro paciente narró que su amor virtual llego del extranjero, a pesar de estar casada, tuvieron el romance esperado, el paciente dejo a su mujer y se quedo a vivir solo cuando su amor virtual retorno a  su país. Otro caso: el amante  hizo que la paciente enamorada viajara a otro país, mantuviera una relación que no cuajaba y  terminara su relación con visos de tragedia.

Algún tiempo después recibí una  consulta de la madre de un muchacho hasta la fecha tímido e introvertido, buen estudiante y muy casero. Nunca había tenido relaciones amorosas y este era su primer año en la universidad.

Había conocido chateando en Internet a una persona que cumplía sus anhelos, colmaba sus expectativas y se sentía muy cómodo charlando de todos los temas. Era esta pareja de la misma ciudad por lo que se aventuró en conocerla. Cuando llego el día de la cita se encontró con que su pareja de Internet era otro joven como él, sólo que mucho mayor.

Usaba un nick ambiguo “Reneé del Paraíso”. Después de la sorpresa ambos siguieron hablándose, llegando el más joven a una relación francamente homosexual, que no había previsto antes.

Un tercer caso, me refiere haber sentido una decepción al sentir que su supuesta pareja del ciber espacio, no existía y quien le escribía había creado un personaje para ella, su enamoramiento fue real y su desamor también..

Las aventuras amorosas por internet, se están convirtiendo en una de las maneras más frecuentes de infidelidad.  Millones de personas se arrojan a navegar en el espacio virtual cada día  para relacionarse con otras,  se considera que la mayoría busca en la red nuevas experiencias y sensaciones, excitación al amparo del anonimato, permitiéndoles todo tipo de licencias, desde dar rienda suelta a la fantasía así como ejercer, todo tipo de comportamientos reprimidos o auto reprimidos socialmente.

Este nuevo desinhibidor permite el acceso a ejercitar cualquier tipo de fantasía, básicamente deseos ocultos, perversos o mucho tiempo reprimidos.

Amor en Internet, ¿nueva forma de amor?
 
¿Estamos frente a una nueva forma de relación que también produce sus efectos de desamor o patología? ¿Se trata de un simple cambio formal en las formas del amor y la atracción? 

Si es cierto que estar en la red viviendo sensaciones nuevas y “reales” es satisfactoria, también es una fuente de insatisfacciones y frustraciones que se producen cuando las imposibilidades de llevar al terreno de lo real, lo virtual es la otra cara de la moneda. Al final muchos navegantes quedan literalmente “atrapados en la red” como dice la canción.

Las personas se seguirán enamorando siempre, quizá ahora con más libertad. Enamorarse un joven estando en México de una Andaluza mayor  o un Madrileño Maduro enamorarse de una joven de Maracaibo, ya no es una novedad, las personas que se enamoran serán siempre dos desconocidos, dos extraños seducidos a través de la palabra escrita.

Los mails son la versión moderna de los amores por carta y que cuyo impacto son idénticos a los que produjera el amor de Eloisa y Abelardo, o lo que muchos escritores sintieron en sus amores epistolares: Bernard Shaw, Martín Adán, Cortazar y tantos otros.

 Habitualmente una relación virtual empieza con conocer en una sala de chat un desconocido o desconocida, sigue a esto un intercambio de mails, o viceversa, que cada vez se van haciendo más frecuentes.

Al mismo tiempo se mantienen largas conversaciones por el chat. Los escritos se vuelven más personales, largos, íntimos y comprometidos. Casi siempre hay en esas correspondencias referencias a llenar vacíos de la vida real.  Uno de los dos da la iniciativa de decir frases cariñosas, las que son correspondidas, con mayor o menor o sin ningún reparo.

A esto se sucede el intercambio de fotografías, de conocer algunos detalles personales, como los teléfonos. Las llamadas y mensajes se hacen también frecuentes y allí es donde la virtualidad de la relación se termina, para dar inicio a una relación real. Se toma la decisión de conocerse. A menudo la gente viaja de un país a otro, de un estado a otro etc.

En los encuentros pueden suceder desencuentros, desencantos o afinidades reales. Después de toda esa comunicación profusa llega la hora de la acción, convirtiéndose esta relación en convencional. La facilidad que ofrece este medio para empatizar es superior incluso a la relación cara a cara, donde el apego de las personas se va desarrollando con inusitada intimidad.

El ser un ser anónimo que potencia sus lados buenos y admirables y oculta sus lados negativos, favorece la intimidad. En una relación real la intimidad se va construyendo más lentamente. 

Los mails lo soportan todo su ventaja con respecto a la carta es infinito, no solo la extraña rapidez del medio sino su ilimitada capacidad de decir cosas, copiar poemas o canciones o relatar las andanzas bajo la lluvia, que no podrían ser hechas ni por teléfono, ni en carta ni siquiera en el chat mismo.

Lograda la intimidad se dio el primer paso para lograr el sentimiento amoroso de apego. Lo demás va cayendo por su propio peso, la comunicación se va erotizando a partir de escribir abrazo, después el beso y así sucesivamente.

El amor por Internet, esa química de los cuerpos que no están

No existe aquí sino esa química cerebral entre emisor y receptor. El mensaje se erotiza a medida que se encuentra apertura y satisfacción. Es posible realizar toda la gama de fantasías que el escribir nos pueda proveer y esto se incrementa con el uso de la web cam, los amantes cibernautas se dejan ver y exponen su cuerpo y los genitales para la contemplación del amado.

En la red los cuerpos siempre estarán presentables y nunca existirá un mal aspecto que malogre la cita El compromiso que se genera en el ciberespacio es inmediato y no pasa por cotejar o sopesar la realidad de cada uno, porque cada quien le asignó al otro su propia realidad ideal. Como afirmaba Lacan, expresándose desde su Yo Ideal hacia su Ideal del YO.

Pero se sabe también que la mayoría de amores en la red tienden a escurrirse por uno de los entresijos de la red y evaporarse en el ciberespacio. Generalmente pasados los tres meses, ya no hay más de la comunicación tórrida.

También el amor en la red se gasta y el cansancio de nada poder hacer envuelve a los amantes. Estos deben volver al mundo en que viven donde hallaran las satisfacciones de la interacción del cuerpo que les niega la red. En algunos casos los amantes se encuentran y este encuentro puede ser como se avizoraba pleno de dicha pero también el inicio de una frustración.

En resumen el amor en la red puede tener efectos severos en el ámbito emocional de la persona, producir celos por infidelidad, hacerles sentir el amor como vivencia y ser la causa de separaciones, pero también, como  en la mayoría de los casos, solo puede tratarse de una ilusión gratuita, de una forma diferente de amar, en este recién entrado siglo XXI.

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