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7 consejos para perdonar a un infiel

La infidelidad puede ser perdonada. Es un proceso que atañe a las partes afectadas, pero principalmente a la pareja del infiel. ¿Cómo hacerlo, si eso es lo que deseas?


Cuando el veneno de la infidelidad penetra un una pareja, todo cambia de
inmediato. Incluso la simple sospecha de una de las partes –justificada o no-
afecta la dinámica de la relación.


Los celos son, según algunos sicólogos, un mecanismo innato destinado en última
instancia a evitar la infidelidad del otro.


 No obstante los traumas morales que provoca en los afectados, muchas veces
decidimos preservar el matrimonio a toda costa.


Pero ¿cómo salvar una relación contaminada de infidelidad? 


No es nada fácil, pero resulta perfectamente posible. Apenas una quinta parte de
todos los divorcios alegan comportamiento infiel como causa, lo que tal vez
signifique que cerca de la mitad de los actos de infidelidad son perdonados. 


1. En primer lugar, hacer oídos sordos a las habladurías porque no seremos los
primeros ni los últimos en tomar el camino del perdón… y aunque lo fuéramos.


La disposición a perdonar una infidelidad suele haberse determinado de antemano,
mucho antes de que ocurra el adulterio.


2. La irritación por el evento pasará tarde o temprano. Pero aunque estés
dispuesto a perdonar, no es conveniente tampoco hacerlo saber de inmediato.


3. El infiel deberá apreciar claramente las consecuencias de su accionar, pagar
un alto precio por su actitud traicionera, sentirse a punto de perderlo todo.


4. El alejarse o no por un tiempo es decisión de cada pareja, pero las
relaciones sexuales siempre deberían tomarse un buen receso, durante el cual las
oportunidades de arrepentimiento tendrán ocasión de aflorar.


Estar al tanto de estas es vital, porque nos permitirá dejarle entrever que
todavía tiene alguna posibilidad.


5. El proceso de arreglo solo dará inicio tras el complete  reconocimiento del
error y solicitud expresa de clemencia por parte del infiel.


A partir de entonces estaremos al mando de la situación, dosificando el ritmo de
la reconciliación mediante conversaciones profundas en las que salgan a la luz
las razones de la infidelidad, entre otros temas cardinales. 


6. Este proceso debe ser muy sincero y abierto, resultando siempre enriquecedor
para ambas partes.


El engañador se enfrentará a su pecado y el engañado al posible reto de mejorar
en ciertos aspectos de su relación… que nadie es perfecto ¿no?


7. Toda vez madurada la decisión y comprendida por las partes la ventaja de
mantener la unión, el perdón será concedido y dará paso a una unión que siempre
resultará de maravillas.


Sobre todo considerando que ambos estarían frente a un nuevo amanecer de sus
relaciones, lejos de todo rencor por lo sucedido y decididos a cimentar en lo
adelante una  mejor y más rica unión en todos los órdenes.


Por Jose Solano


blogjosesolano.com

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