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5 formas completamente equivocadas de manejar bajo la lluvia

Si hay una probabilidad de lluvia del 100% y usted definitivamente tiene que estar en algún lugar en media hora, hemos armado para usted un listado rápido de los hábitos de conducción de los que debe deshacerse inmediatamente…

Usted nos lo
agradecerá cuando vuelva a casa entero.

No maneje por los costados de la ruta

Bueno, esto no siempre es posible. Usted podría estar en una ruta estrecha de un solo carril y el costado puede ser el único lugar por el que puede manejar.

Puede haber una larga fila de autos en el carril central, lo que lo obliga a correrse a la izquierda o a la derecha. Pero esta es la teoría:

Las rutas se construyen de forma que quedan más altas en el centro. La diferencia puede ser pequeña, pero hace que el agua se aparte de la joroba central (en realidad, se llama
corona) y drene hacia los bordes.

Si usted está manejando bajo la lluvia y quiere evitar el agua estancada, es decir que quiere estar donde no hay tanta agua, vaya por el centro de la ruta.

No, el centro tampoco estará seco, sobre todo si sigue lloviendo, pero va a ser el lugar más seco de todos.

No deje las luces apagadas (pero tampoco las ponga demasiado
brillantes)

A veces suponemos que nuestros faros son como nuestros ojos. Nos ayudan a ver lo que está delante de nosotros, como un par de grandes linternas que no necesitan que se reemplace su
batería cada vez que se apaga la luz.

En realidad, cuando llueve, usted necesita sus faros, incluso durante el día, para que otras personas puedan verlo.

En la oscuridad cerrada de una tormenta, aunque sea una ligera llovizna, la falta de luz solar hace que el mundo parezca una gran masa de harina quemada, y ver un par de faros que se destacan en la oscuridad le recordará a los otros conductores
que deben tener cuidado.

Pero si los faros ayudan a ser visto, usted no querrá encandilar a los otros conductores intencionalmente con ellos. Los otros conductores ya tienen bastantes problemas de por sí. No
los encandile encendiendo las luces altas.

No maneje si el parabrisas está tan mojado que no puede
ver

Bueno, esto parece una obviedad, pero ¿no es increíble cuánta gente parece haber nacido sin cerebro?

No importa si conoce el camino tan bien que podría conducir con los ojos vendados mientras duerme profundamente, usted no debe manejar si hay suficiente agua en el parabrisas como para
proporcionarle un hogar a varios peces.

Si no puede ver hacia adelante no podrá saber qué hay en el camino. Puede haber autos detenidos que usted no puede ver. Es posible que haya peatones deambulando por el camino.

Es posible que ni siquiera esté manejando tan recto como cree, y podría estar dirigiéndose directamente hacia una columna.

Cuando la visibilidad sea baja, salga del camino tan pronto como sea seguro hacerlo. Pare el coche. Ponga un CD en el reproductor y escuche música relajante mientras espera que las cosas
aclaren de nuevo.

Tome su teléfono celular y llame a su mejor amigo (pero sólo cuando usted no esté manejando). Hable con la persona que viaja a su lado e intente conocerla mejor. Muchos
matrimonios son el resultado de inicios poco auspiciosos.

No maneje a través de un
río

Está bien, no es literal, pero si usted ve que hay agua fluyendo de un extremo a otro de la ruta y no sabe qué tan profunda es, no trate de manejar a través de ella.

Digámoslo de nuevo, por si la lluvia era demasiado fuerte y no le permitió escuchar la primera vez: ¡no trate de manejar a través de ella!

Cada año, los conductores desafortunados creen que sus coches no se verán perjudicados por vadear un pequeño riachuelo de agua de lluvia, que no podría ser más
profunda de unos pocos centímetros.

Usted se sorprendería de cuántas de estas personas son barridas de la ruta y arrastradas por la corriente del agua de lluvia, que puede arrastrarlas cientos de metros, mientras
intentan desesperadamente salir del auto y agarrarse de un árbol para evitar desaparecer debajo de la corriente.

Es mejor esperar a que pase la tormenta y baje el nivel del agua que arriesgar su vida, y probablemente la vida de los que viajan con usted, por pensar que un poco de agua no le haría
daño.

E incluso aunque el agua no se esté moviendo, si el fondo no es visible usted no sabrá qué hay debajo de ella. Podría haber un bache del tamaño de una pileta.

Puede haber vidrios rotos u objetos que se cayeron de un camión. Si no puede ver el fondo, no se arriesgue a sumergir los neumáticos, o estará arriesgando su vida.

En este caso, frene a una distancia segura del borde del agua o, si es posible, busque una forma de esquivarla.

No maneje
demasiado rápido para las condiciones

Los límites de velocidad existen para decirnos qué tan seguro es conducir en buenas condiciones. Cuando las condiciones son malas y las rutas están mojadas, los límites
de velocidad no tienen ningún valor.

Conduzca bien por debajo de ellos, y cuanto peor sean las condiciones, menor es la velocidad a la que debe conducir.

El mayor peligro de manejar demasiado rápido bajo la lluvia es el “hidroplaneo”, que es lo que sucede cuando su coche actúa como un barco, cuando todavía está en la ruta.

Por lo general, las llantas pueden abrirse camino a través del agua y mantenerse en contacto con la superficie de la ruta.

Pero cuando la ruta está mojada y usted va demasiado rápido, el coche puede comenzar a flotar sobre la superficie del agua y los neumáticos pierden contacto con el camino.

Esto es malo. ¡Muy malo! Cuando sus ruedas pierden contacto con la ruta, ya no se puede girar. Ya no se puede frenar. Esto es lo que sucede cuando se hidroplanea.

Y, por lo general, uno no sabe que está hidroplaneando hasta que pisa los frenos y el coche comienza a patinar y a salirse de control. Por lo tanto, siempre es mejor reducir la velocidad,
para empezar.

¿Qué hacer si uno se da cuenta que está hidroplaneando y ya está fuera de control? En primer lugar, no se asuste (aunque, créame, usted estará tentado de
hacerlo).

No pise el freno, porque eso sólo empeora las cosas. Deje el pie en el acelerador, para que cualquier tracción momentánea pueda disminuir la velocidad.

Y maneje derecho. No trate de girar. Si el vehículo está yendo en una dirección en la que usted no quiere ir, no intente evitarlo, sólo tiene que seguir a sus ruedas. Y
cuando el coche frene de repente (casi por arte de magia), volverá a estar bajo control.

Después de esto, se recomienda bajarse del auto y tomarse un tiempo para que su ritmo cardíaco vuelva a la normalidad. Lo necesitará.